En Atacama han ocurrido algunos hechos en el mundo de la cultura y el arte que han llamado la atención de la comunidad: despidos de algunos integrantes de la Orquesta Sinfónica Municipal de Copiapó, que se justificaron como “términos de contrato” desde el Municipio de Copiapó; finalización de talleres culturales en el Centro Cultural Atacama, de los cuales también se argumentó el concepto de “termino de contrato”, y donde posteriormente “se invitó” a las mismas personas que quedaron sin trabajo a postular a las vacantes que ellos habían dejado.
En estas situaciones queda en evidencia la precariedad que viven algunos de los artistas que desarrollan sus actividades en Atacama, donde en muchos casos no hay contratos indefinidos, sino a corto plazo, por meses o que se renuevan cada un año. Esto genera además problemas en temas previsionales y de atención en Salud o también no se genera antigüedad laboral, como para acceder a créditos en la banca, por dar algunos ejemplos.
Para tratar este y otros temas, Nostálgica conversó con el copiapino Andrés Cárdenas Godoy, Licenciado en Artes con mención en Danza de la Universidad de Chile. Profesor de Educación Media en Artes Visuales de la Universidad Andrés Bello. Intérprete en danza para diversos coreógrafos y coreógrafas del país. Coreógrafo y fundador de la Compañía Danza de Papel. Autor de la emblemática obra: “Pies pa´ volar”, con la cual fue galardonado con el Premio Altazor, de 2009.
Cárdenas entregó un análisis profundo y crítico sobre la situación de la cultura en la Región de Atacama. Con una trayectoria ligada al ámbito cultural de Copiapó, Cárdenas compartió sus reflexiones y vivencias, marcadas por su papel como exdirector de la Compañía Municipal de Danza y profesor contratado por la Municipalidad de Copiapó durante los años 2022 al 2024.
Desde su retorno a Copiapó, Andrés enfrentó desafíos que lo llevaron a describir con tristeza la situación cultural de la comuna. A pesar de contar con una infraestructura adecuada para actividades artísticas, percibió un entorno profundamente influenciado por la política partidista.
Cárdenas denunció un patrón de exclusión dentro del ámbito cultural, destacando la desvinculación de artistas de proyectos municipales, incluyendo músicos de la Orquesta Sinfónica de Copiapó y varios profesores de talleres, siendo él mismo entre los desvinculados. “A mí me llegó una carta en diciembre diciendo que no se renovaría mi contrato, sin explicaciones claras”, mencionó, subrayando un clima de incertidumbre y precarización para quienes buscan desarrollar cultura en la región.
En reuniones con otros integrantes del mundo artístico—teatro, música, danza y pintura—salió a la luz la precariedad del sistema cultural en Atacama. Para Cárdenas, solo aquellos que logran licitaciones o trabajan bajo productoras vinculadas al Estado tienen posibilidad de subsistir en el medio, dejando al margen a gran parte de los talentos locales.
Sin compromisos con la administración actual, Andrés Cárdenas concluyó con un llamado a visibilizar y cuestionar la situación cultural de Atacama. “El mundo cultural es pequeño y nadie quiere quemarse”, confesó, pero su decisión de hablar responde al deseo de un cambio necesario.
La crisis cultural en Atacama, según su análisis, no solo afecta a los artistas, sino también a toda la comunidad que pierde acceso a una oferta cultural plural y diversa. Cárdenas invita a reflexionar sobre cómo rescatar y dignificar un área que, en sus palabras, “está en una crisis enorme”.
El cierre de talleres y la falta de acceso a espacios culturales tras la desvinculación de 20 personas del Centro Cultural de Copiapó en diciembre pasado han generado un retroceso significativo en la oferta cultural municipal. Según Cárdenas, “en cuatro meses que ya lleva la Administración Municipal de Cultura, todavía no hay talleres funcionando, no hay acceso a nada”. Este vacío cultural refleja una gestión marcada por decisiones políticas que priorizan intereses partidistas sobre la idoneidad y el mérito de los artistas.
Cárdenas denuncia un sistema de triangulaciones entre el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio y las productoras que monopolizan los fondos de licitaciones públicas. Estas prácticas, según él, evidencian una falta de transparencia y una discriminación hacia artistas independientes y no alineados políticamente. “Me afecta enormemente ver cómo el Ministerio de la Cultura… designa sus fondos a las agrupaciones, fundaciones que son de sus colores políticos”, afirma, subrayando la necesidad de una fiscalización más rigurosa.
La situación cultural en Atacama, marcada por la precariedad y la politización, requiere un cambio urgente. Andrés Cárdenas Godoy hace un llamado a la reflexión y a la acción, instando a las autoridades y a la comunidad a abrir espacios más democráticos y participativos que permitan el desarrollo de una cultura inclusiva y diversa.
Andrés Cárdenas Godoy amplía su análisis sobre la crisis cultural en Atacama, abordando las problemáticas que afectan no solo a Copiapó, sino también a otras comunas de la región. Con una visión crítica y un llamado a la transparencia, Cárdenas expone las irregularidades en la administración de fondos culturales y la falta de pertinencia territorial en las decisiones que impactan el desarrollo artístico.
Uno de los casos que más llamó la atención de Cárdenas fue el Festival de Danza del Huasco, financiado por un fondo millonario adjudicado a un artista de Santiago sin vínculos con el territorio. Según relata, las funciones se realizaron con escasa difusión y una asistencia mínima, evidenciando una gestión deficiente y una desconexión con la comunidad local. “Se están realizando actividades fraudulentas con los fondos culturales atroces”, denuncia, destacando que esta problemática no se limita a Copiapó, sino que se extiende a otras comunas como Huasco.
Cárdenas también critica el amiguismo y las designaciones políticas que han marcado la administración cultural en Atacama. A pesar de haber trabajado en la construcción de políticas públicas de cultura para el gobierno del presidente Gabriel Boric, expresa su decepción ante la continuidad de prácticas que priorizan intereses partidistas sobre la capacidad y experiencia de los artistas locales. “Todos los cargos fueron asignados a dedo, no por currículum, sino más bien por gestiones políticas”, afirma, lamentando el impacto negativo de estas decisiones en el crecimiento cultural de la región.
Cárdenas hace un llamado a las autoridades nacionales para intervenir en Atacama y garantizar una administración cultural más inclusiva y transparente. Destaca la importancia de la cultura como un polo de desarrollo que debería estar presente en la Estrategia de Desarrollo Regional (ERDA), pero señala que los cambios permanentes de las mismas personas en cargos culturales han impedido avances significativos.
La crisis cultural en Atacama sigue siendo un tema urgente que requiere atención y acción. Andrés Cárdenas Godoy deja una pregunta abierta: ¿Qué opinan las autoridades sobre la exclusión de los artistas locales y cómo pueden trabajar para revertir esta situación? La respuesta a esta interrogante será clave para el futuro de la cultura en la región.
Nostálgica tomó contacto con la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Armenakis, a la cual le planteamos el tema de que muchos artistas combinan su labor creativa con trabajos formales para complementar ingresos. Según Armenakis, esta realidad refleja una brecha laboral persistente en todo el país. “La concursabilidad genera ingresos limitados y variables”, explica, señalando que esto afecta aspectos básicos como el pago de imposiciones y la planificación a largo plazo.
Una crítica recurrente en la región es la posible “captura de la cultura por la política”, según lo señalado por artistas como Andrés Cárdenas. Armenakis responde que esta visión es subjetiva y destaca los esfuerzos por democratizar el acceso a la cultura, involucrando a comunidades locales y juntas vecinales en actividades culturales.
Para Carolina Armenakis, con estos esfuerzos, la región de Atacama busca equilibrar la creatividad de sus artistas con la estabilidad necesaria para seguir enriqueciendo el patrimonio cultural de Chile.
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