Esta iniciativa inédita que se desarrolla en la División El Salvador de Codelco, intenta demostrar que las mujeres son capaces de operar con éxito cualquier desafío.
La planta se llama “Las Añañucas” y su nombre no es casual. Este es el nombre de una flor endémica del norte de Chile que se aprecia con intensidad durante el fenómeno del desierto florido. Su característica principal es que, pese a las condiciones adversas en que se desarrolla, es una flor fuerte y hermosa, lo que para muchos es un símil de las mujeres de la industria minera.
Sin embargo, el nombre de la instalación no es lo único original. Ahí supervisores, operadores, mantenedores y hasta el personal externo tienen algo en común: todas son mujeres.
El gerente General de Codelco El Salvador, Christian Toutin explica que “tenemos un proyecto que ya es una realidad. Mujeres que están en la línea de operación planta y de los equipos, pero también en los servicios adicionales o transversales como es la seguridad industrial, el transporte de personal, los servicios de alimentación y los servicios generales”.
Las Añañucas, además de aportar al negocio, también contribuirá a la formación de las trabajadoras. Danisa Urrutia, ingeniera especialista en la planta, añade que “había muchas mujeres a las cuales no se les había dado la oportunidad de tener trabajo y adquirir experiencia ya sea en la operación de maquinaria o en la operación de plantas. Esta es una tremenda iniciativa que vamos a hacer para entregar desarrollo y entrenamiento a mujeres de baja experiencia laboral”, recalcó.
Todas contentas
El proyecto es muy aplaudido, pero si se le pregunta a cualquiera de las trabajadoras que laboran en la Añañucas, todas aseguran que no ha sido fácil. Lo que más agradecen: la oportunidad.
“A mí por lo menos, que estudié minería, es super bueno porque igual me costó mucho encontrar trabajo por ser mujer. Por eso, que una planta sea solamente de mujeres ya es otra cosa”, opina Giovanna del Río Gómez, operadora mantenedora del complejo.
“Me siento bastante orgullosa por ser parte de este equipo y sobre todo porque me dieron la oportunidad porque soy de la zona, soy de Diego de Almagro”, agrega Jessie Gómez Castillo, también operadora mantenedora.
Para la gerente de Transformación Cultural y Talento Estratégico de Codelco, Mary Carmen Llano, esta iniciativa es apenas una “punta de lanza” para replicarla en toda la estatal y ojalá en otro tipo de industrias. Sin embargo el desafío no termina en la oportunidad.
“Por un lado, hay tema de captación que tiene que ver con generar una oferta que sea atractiva para las mujeres que están en el mercado, pero también que sea un desarrollo sostenible. Es decir que quienes ingresen permanezcan con nosotros”, explicó.
El Ejemplo
Llegar hasta ahí no ha sido fácil. Por eso las trabajadoras están conscientes, pero a la vez confiadas en que su experiencia abrirá las puertas paras que otras mujeres se sigan sumando a la minería.
“Me parece muy bien que podamos romper esos mitos que se decía que la mujer no podía entrara a la mina, no podía operar en minería. Ahora podemos demostrar que podemos”, dice Camila Segovia, operadora mantenedora de Las Añañucas
Para la coordinadora de turno, Jocelyn González Carvajal, “muchas veces las mujeres vemos la parte administrativa y ahora estamos en la parte operativa. Los importante es sentirnos parte de los logros y de la misma empresa”, añade.
La vicepresidenta de Woman in mining Chile, Carla Rojas, concuerda con ellas. Es maravilloso, una acción afirmativa histórica que va a marcar un fuerte precedente, un antes y un después en los hitos que existen respecto a la participación de la mujer en la industria. Creo que es una meta desafiante y es lo que se requiere”, opina.
Por lo pronto, los ojos del mundo van a estar mirando esta experiencia en el desierto chileno. Si cumple con su objetivo, al igual que la flor, otras plantas trabajadas por mujeres comenzarán a surgir por doquier.
Fuente: Portal Minero