El borrador de nueva Constitución ya tiene cerca de 120 artículos y faltan muchos más por agregar: aún no llegaron los derechos sociales, ni el diseño del sistema político, ni los órganos autónomos que debe estructurar la Comisión de Sistemas de Justicia. Y a pesar de que aún resta todo eso, el texto que se plebiscitará en un par de meses más ya tiene varios errores o inconsistencias que hay que ajustar.
Recientemente, el pleno del órgano constituyente envió al proyecto de Carta Magna un artículo en el que no coincide el género del sujeto con el del predicado: “ninguna persona puede ser privado de su libertad arbitrariamente”, se lee. El error se originó en la Comisión de Derechos Fundamentales, cuando se aprobó una indicación que sustituía la expresión “nadie” por “ninguna persona”, y no volvió a corregirse.
Hay otros puntos: el texto ya tiene siete “Artículo 1”; hay normas que están prácticamente repetidas, como una que dice que “Chile es un Estado Regional, plurinacional e intercultural” y otra distinta que establece que “Chile es un Estado Plurinacional e Intercultural que reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado”.
Ya son dos los artículos que hablan de la protección de los ecosistemas marinos: “es deber integral del Estado la conservación, preservación y cuidado de los ecosistemas marinos y costeros continentales, insulares y antárticos”, establece uno. Otro, que “es deber del Estado proteger los espacios y ecosistemas marinos y marino-costeros, propiciando las diversas vocaciones y usos asociados a ellos, y asegurando, en todo caso, su preservación, conservación y restauración ecológica”.
Además, las normas sobre la forma jurídica del Estado regional hacen referencia a un “Consejo Territorial”, que hasta el momento no existe y podría llamarse “Congreso de las regiones”; y una atribución de las asambleas regionales es solicitar la potestad legislativa al “Congreso”, sin especificar a cuál, pues podrían ser dos.
Otras sugerencias que mencionan los académicos es que los derechos podrían estar consagrados en un solo bloque, ya que hoy cada informe de cada comisión presenta normas con derechos; y también se menciona la redundancia de algunas expresiones y la inclusión constante y repetitiva de principios que deben regir al Estado en cierto mandato.
“Ya hay más de 100 artículos aprobados y hay muestra de algunas cosas que hay que armonizar, por de pronto aspectos formales de la estructura y el orden de la Constitución (…) pero diría que lo más importante viene en camino, porque en Derechos Fundamentales, Sistema Político y el modelo económico, ahí hay más normas que van a tener una contradicción y van a tener que armonizarse”, pronostica Rodrigo Álvarez (UDI).
28 sesiones y 40 constituyentes
El trabajo de detectar esos problemas ya empezó en los distintos colectivos, pero en realidad los encargados de aquello serán quienes integren la Comisión de Armonización, la última instancia que se constituirá en el marco del trabajo de la Convención, y que estará compuesta por 40 constituyentes.
Para entrar a Armonización, cada convencional necesita cuatro patrocinios, o tres si son de escaños reservados, que pueden inscribir al menos a siete de ellos. Entre los nombres que ya están sonando se encuentran los INN Guillermo Namor, Tammy Pustilnick y Mauricio Daza o Patricia Politzer; y entre los escaños reservados están las convencionales mapuche Natividad Llanquileo y Rosa Catrileo. Vamos por Chile podría sumar a nueve en total, y se habla de Constanza Hube, Marcela Cubillos y Rodrigo Álvarez, de la UDI; mientras que en RN y Evópoli aparecen Cristián Monckeberg y Hernán Larraín Matte.
En tanto, en el FA se menciona a Jaime Bassa y Amaya Alvez; en Pueblo Constituyente se podrían sumar Ingrid Villena y Camila Zárate; del Colectivo Socialista, a Ricardo Montero; del PC, a Bárbara Sepúlveda; y en el Colectivo del Apruebo estarían interesados Fuad Chahin, Agustín Squella, Felipe Harboe y Eduardo Castillo.
Las dudas que siguen: ¿qué facultades tendrá?
Con la modificación al cronograma aprobada el viernes pasado, la comisión contará solo con tres semanas de existencia, desde el 17 de mayo hasta el 9 de junio. Esto se traduce a 28 sesiones de 4 horas cada una, pues está considerado que de martes a jueves se trabaje en jornada doble, y lunes y viernes solo de tarde y de mañana, respectivamente.
“Creo que sí es suficiente (el tiempo) porque se han planteado jornadas dobles, y se contará con el apoyo de la secretaría técnica. También aprobamos que la Fundación Max Planck le dé apoyo a la Comisión de Armonización, la Universidad de Chile y otros también están siendo integrados, así que creo que vamos a llegar bien con el tiempo que se aprobó en el nuevo cronograma”, asegura el vicepresidente adjunto Tomás Laibe (Col. Socialista).
Pero eso es prácticamente todo lo que se sabe. El reglamento actual solo establece que Armonización tendrá dos tareas fundamentales: entregar un informe que contemple una revisión a las deficiencias en la técnica legislativa, contradicciones, correcciones gramaticales y de estilo; mencionar las incongruencias y dar recomendaciones para superarlas; y consolidar el proyecto de Carta Magna, sugiriendo un orden de aparición de las normas.
Las indicaciones para mejorar los aspectos inconsistentes deberán ser presentadas por los convencionales, y debatidas y votadas en el pleno, por quórum de 2/3 . Por eso se ha criticado que en realidad la comisión no tiene suficientes atribuciones para su mandato real, o, si las tiene, no son tan claras. Ejemplo: ¿qué o quién detendrá que la comisión proponga cambios sustanciales, o que las indicaciones cambien radicalmente las normas ya aprobadas? Ese es el motivo por el que ya se discute informalmente si es viable reformar el reglamento para especificar las facultades de la instancia.
“Si es necesario modificar algunos atributos y estamos de acuerdo en el pleno no lo descartamos. Estamos viendo todas las potenciales mejoras que son necesarias para los procesos que vienen”, aseguró la presidenta María Elisa Quinteros esta semana.
A partir de eso, la mesa de la Convención solicitó a los constituyentes enviar sus propuestas para un “protocolo” de trabajo de la comisión, y hay una reunión fijada para este martes, en la que se evaluará con los colectivos una forma de tramitar las normas transitorias y lo referido a Armonización.
“En el entendido de que cada una de las cosas que haga Armonización tiene que ser sometida al pleno y lograr el mismo acuerdo de 2/3, no debería existir problema en que esa armonización suponga eliminar o incluir ciertas cosas. No habría problema y estaría por impulsarlo”, comenta Guillermo Namor (INN).
“Lo más vital es (regular) el uso de la palabra por cada convencional, la forma en cómo tienen que ser las indicaciones, sustitutivas, aditivas, supresivas. Ver si tenemos esa facultad de suprimir textos. Lo que me complica es que hemos estado aprobado epígrafes y al aprobar epígrafes sería más difícil trasladar una temática a otro lado”, explica Ingrid Villena (Pueblo Constituyente), cuyo colectivo ya está trabajando en una propuesta.
Fuente: Emol.com