Los habitantes de Hong Kong enviaron un mensaje directo a Pekín traducido en la derrota del gobierno en unas elecciones locales y el desarrollo de una serie de protestas masivas y pacíficas, disminuyendo los actos de violencia.
Este lunes se cumplen los seis meses de inicio del movimiento de protesta, que ha convertido a este importante centro financiero internacional en un escenario de inéditas violencias y disturbios políticos.
Pero en la pasada quincena se ha asistido a una notable caída de los enfrentamientos y actos de vandalismo, lo que las autoridades locales proPekín consideraron siempre como condición previa y necesaria para iniciar un diálogo.
Todos se preguntan si la jefa del ejecutivo local Carrie Lam, y el gobierno de Pekín, entablarán ahora ese diálogo, antes de que vuelvan a estallar las violencias.
“Ignorar nuestras demandas acrecentará la frustración, y las consecuencias serán graves” afirmó a AFP Bonnie Leung, figura del movimiento prodemocracia.
El inusual período de calma se inició con unas elecciones locales en noviembre, abrumadoramente ganadas por el campo prodemocracia frente a los partidos del “establishment”.
Con ello se invalidaron las alegaciones de que existía en la excolonia británica una “mayoría silenciosa” contraria a las protestas.
En fin, este domingo se asistió en Hong Kong a una de las mayores manifestaciones prodemocracia de los últimos meses, con la presencia según los organizadores de 800 mil personas.
Esta movilización, inusualmente autorizada, fue casi totalmente pacífica, al margen de algunos actos aislados.
Pero no hubo lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la policía, un hecho inédito desde mediados de agosto pasado.
La respuesta
Jimmy Sham, del Frente de Derechos Civiles y Humanos, organizador de la manifestación, asegura que ahora la pelota está en el gobierno.
“Tenemos que recordar al gobierno que 800 mil personas, es una cifra muy importante” aseguró a la prensa.
“Carrie Lam debería escuchar las reivindicaciones de los hongkoneses lo más pronto posible” agregó.
La excolonia británica, ahora territorio semiautónomo, está sumida desde junio en su peor crisis desde su devolución a soberanía china en 1997, con manifestaciones casi diarias para exigir reformas democráticas y una investigación imparcial de la actuación de la policía durante las protestas.
El movimiento prodemocracia protesta también contra lo que considera crecientes injerencias del gobierno chino en la política de este territorio.
Sin embargo, no hay señales de que Lam vaya a hacer concesiones reales.
Entretanto, según un sondeo publicado el viernes, las fuerzas de seguridad en Hong Kong registraron una tasa de desaprobación récord. El 40% de las personas encuestadas le atribuyeron la nota más baja, es decir, cero.
Los manifestantes más radicales han llamado a llevar a cabo un gran bloqueo de los transportes públicos este lunes, fecha exacta del aniversario de las protestas, si las autoridades locales no atienden sus exigencias.
Otros, en tanto, abogan por acciones más tradicionales para forzar una respuesta de las autoridades.
Mung Siu-tat, responsable de la Federación de sindicatos prodemocracia de Hong Kong, indicó que más de 30 nuevos sindicatos se han sumado a la causa en las últimas semanas.
“Muchos de ellos están integrados por trabajadores, profesionales y directivos, que en el pasado no consideraban necesario sindicarse pero que se han despertado políticamente gracias a la movilización”, dijo Mung.
Además, las filas de los radicales pueden haberse reducido, pues la policía procedió a centenares de detenciones en noviembre después de que manifestantes ocuparan un campus universitario.
“El grado (de violencia) puede haberse reducido un poco debido a las detenciones masivas de las últimas semanas” explicó el analista político Dixon Wong a la AFP.
Pero hay temores fundados de que la violencia retorne si Lam y Pekín no ofrecen propuestas al movimiento prodemocracia .
Fuente: BioBioChile