El hallazgo de cadáveres en sitios eriazos o en zonas rurales de la Región Metropolitana -y otras localidades del país- se ha convertido en un hecho preocupante para autoridades y policías, porque se trata de otra muestra más de la violencia de la nueva criminalidad instalada en el país.
Aunque en años anteriores este tipo de hechos se habían presentado de manera aislada, hoy registran un aumento que es confirmado por la Fiscalía, y que presentan determinadas características que explican la presencia del Equipo contra el Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) en los sitios del suceso.
En conversación con Emol, Tania Gajardo, subdirectora de Crimen Organizado de la Fiscalía Nacional, detalla que todos los hallazgos de cadáveres que tienen signos de haber sido asfixiados, maniatados, u otras señales de que hubo ejercicio de violencia, “siempre se investigan como homicidio. Más allá de un hallazgo de un cadáver, para nosotros son investigaciones que se abren por homicidio, donde hay intervención de terceros”.
Gajardo hace referencia a casos como los registrados en Rinconada de Maipú a fines de diciembre, donde uno de los dos cuerpos hallados tenía impactos de bala y estaba atado de manos.
O también a los más recientes, registrados en San Bernardo, donde dos cadáveres fueron encontrados en el costado derecho de la Autopista Acceso Sur, los que estaban amarrados de pies y manos y presentaban impactos balísticos en la cabeza. En tanto, un tercer hallazgo, el miércoles, se registró en Camino Santa Teresa, donde el cuerpo presentaba impactos de bala en la cabeza y el tórax.
Las características de los hallazgos
Junto con el aumento de este tipo de hechos, la subdirectora de Crimen Organizado comenta que hay algunas tendencias que se pueden observar. “En su mayoría se trata de víctimas extranjeras en relación a estos cadáveres que se han encontrado y que están aparentemente relacionados con homicidios”, precisa.
Por eso, Gajardo detalla que “desde un principio nosotros los consideramos homicidios en contexto de crimen organizado, en base a ciertos criterios que manejamos. Por ejemplo, hallar un cadáver con señales de ejercicio de violencia tan fuerte, constituye un criterio de inclusión en investigaciones para crimen organizado, a diferencia de aquellas que se producen en contexto de riñas o violencia intrafamiliar”.
En resumen, precisa Gajardo, “la tendencia que tenemos un aumento de homicidios en contexto de crimen organizado, con uso de armas de fuego, desde vehículos en movimiento, con cadáveres con distintas señales de violencia abandonados en distintos lugares como sitios eriazos, y también el aumento de víctimas extranjeras”.
Consultada por las razones por las que estos cuerpos terminan arrojados en zonas rurales o sitios eriazos, la subdirectora comenta que si bien cada caso puede tener su particularidad, “tiendo a pensar que los sitios eriazos y rurales son zonas donde hay menos cámaras. No es lo mismo que hacer algo así en Alameda con San Antonio, donde hay más vigilancia”, comentó.
Haciendo eco de las quejas de varios alcaldes de las zonas afectadas por estos hechos, quienes acusan del impacto que tiene en la población la ocurrencia de este tipo de fenómenos, la subdirectora reconoce que existe un impacto, “puesto que en general se trata de sectores más tranquilos”.
No obstante, reflexiona que “aún es distinto el impacto, donde la gente tiene que encontrar un cadáver, que en Santiago, done la gente tiene que lidiar con los balaceras. De todas maneras, es menor el impacto en la seguridad de las comunas rurales, es impactante, obviamente, pero me parece que es bastante más abordable de lo que pasa en otras zonas de la Región Metropolitana”, cerró.
Fuente: Emol.com