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Minería: 5 años de “incentivo”, una propuesta insuficiente

Por Juan José Ronsecco, presidente de Corproa.

Atacama es una de las regiones más mineras de Chile. El 35,9% de nuestro PIB se explica por esta actividad. Además, nuestros valles representan el 26% del total de nuevas inversiones mineras chilenas para la próxima década, con US$18.197 millones (en base a Cochilco).  Asimismo, un 69% de los trabajadores locales tiene relación directa o indirecta con esta industria, siendo la región con mayor porcentaje de trabajadores vinculados al sector (según datos del Consejo Minero).

En definitiva, la minería constituye la columna vertebral de nuestra forma de ser en Atacama y, por lo mismo, todo lo que la afecta, impacta en nuestra gente. Nos desmotiva que el centralismo no sea capaz de comprender esto, ni menos empatizar con nuestra realidad. Pareciera que desde las oficinas de la capital se habla de la minería en abstracto, sin tomar en cuenta que somos cientos de chilenas y chilenos quienes tenemos una vida concreta en torno a esta actividad, de la que nos sentimos orgullosos.

Pero la minería lo ha pasado mal en los últimos años:  si antes producíamos el 36% del cobre, ahora solo es un 26%, lo que se explica por un alza en los costos, por la baja de la ley de los yacimientos y porque el riesgo de invertir en Chile ha crecido, tal como lo corroboró Goldman Sachs en su reciente informe.  

Por eso el proyecto de royalty del Gobierno es una mala noticia. Porque lejos de despejar la ruta, nos castiga con una mochila muy difícil de llevar: con tasas efectivas entre 55% y 65%, transformándonos en el país minero más caro del mundo.

El Ministerio de Hacienda señaló que habrá ajustes y presentó una Propuesta Pro-Inversión. En el caso de la minería, se consideró rebajar la tasa ad valorem por cinco años para proyectos nuevos y de expansión.

Pero ¿cuánto tiempo necesita un proyecto minero para desarrollarse y operar? Quienes conocemos este sector sabemos que puede tardar diez, sino 20 años o incluso más. Así las cosas, los 5 años de exención propuesto por el ejecutivo son completamente insuficientes para esta industria que a todas luces requiere de importantes estímulos para retomar su crecimiento.

Además, esta propuesta no ha incorporado incentivos para promover inversiones en innovación o en la incorporación de nuevas tecnologías, por ejemplo, en temas hídricos o de energías verdes, algo que es complementario con el desarrollo minero contemporáneo.

En Atacama nos duele cuando no se considera a la minería, más aún, con lo relevante que es su aporte para todo el país, no solo para nuestra región. Por eso solicitamos corregir los errores del proyecto de royalty, esto es hacer sostenibles las tasas efectivas y descartar la modalidad ad valorem. Queremos que nuestra minería siga aportando, pero para eso, se le deben asegurar adecuadas condiciones de competitividad.

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