- Solo el 15% de la industria minera está conformada por mujeres, y si bien de a poco han ido conquistando cargos directivos, el gran desafío es profundizar en el cambio cultural y seducir más talento femenino.
Carolina Valenzuela Peña nunca imaginó el giro en 360 grados que daría su vida. Estaba a punto de terminar sus estudios universitarios de pedagogía, cuando decidió inscribirse en un curso de camión de extracción, que ofrecía Minera Candelaria.
“Quedé trabajando en la empresa minera en modalidad part-time y luego me desempeñé en servicios mina (cables mineros). Pronto pasé a trabajar full-time en camiones aljibe y de extracción, para ahora desempeñarme como operadora de perforadora (manual y teleoperación)”, precisa la socia de WIM Chile (Women In Mining). “Nunca sentí algún tipo de discriminación y mi familia pirquinera siempre me alentó en este sueño que, sin duda, significó un cambio radical en mi vida”.
Distinta fue la experiencia de Paola Solar Jiménez. “Ingresé como aprendiz cuando aún no era normal ver a una mujer en la mina. Muchas veces cuando mi rendimiento era mejor que el de un hombre, venían los comentarios: “pero cómo te va a ganar una mujer”. Es como si por el solo hecho de ser mujer, una no pudiera alcanzar buenos resultados. Tuve que demostrar que era capaz y talentosa en cada equipo que se me iba asignando y lo conseguí. Hoy soy instructora en Minera Antucoya”.
Pese a todo ello hoy la profesional, quien también es socia de WIM Chile, se muestra contenta gracias a que la empresa le ha abierto muchas puertas, invitándola a participar en capacitaciones, foros y talleres de liderazgo. “En la compañía se fomenta bastante la diversidad y la inclusión. Es bueno ver que se están concretando avances y que cada vez somos más mujeres trabajando en la industria”.
“Pero, creo que aún persiste ese machismo de que la mujer no puede trabajar en minería”, repara Solar, “lo que nos obliga a esforzarnos el doble e ir capacitándonos siempre para perfeccionarnos más”.
Una experiencia muy similar vivió Maillyn Fabián Choque. “Tuve que enfrentar algunos obstáculos al inicio, como la idea de que éste es un sector eminentemente masculino. Sin embargo, he demostrado mi profesionalismo y mis habilidades, lo que me ha permitido avanzar en mi carrera”.
“He tenido oportunidad de ingresar al área de planta concentradora, que representa el futuro de la minería”, enfatiza la socia de WIM Chile. “Participé en el programa Trainner de Minera Escondida, donde comencé en el sector de filtrado y sedimentación del puerto, adquiriendo una valiosa experiencia que luego me permitió acceder a mi actual puesto de operadora, en la planta concentradora II de Minera Teck Quebrada Blanca II”.
Más productividad
Lo cierto es que todas estas barreras de entrada, que las obliga a poner más empeño en demostrar sus capacidades, talentos y habilidades para cumplir los objetivos trazados, terminan beneficiando al mismo ecosistema minero. Ello porque la realidad cruda y pura es que la presencia femenina en la gestión de la faena, es sinónimo de mayor productividad y así lo demuestran las cifras.
“En BHP Billiton hicimos un estudio para medir los efectos de la incorporación de las mujeres a nuestra operación y los resultados son concluyentes”, apunta Eliana Calderón, gerente general Plantas Spence. “Según este análisis, los equipos que cuentan con más mujeres han aumentado su productividad en un 11%, además de generar espacios más inclusivos, seguros, creativos y con mejor desempeño”.
Este resultado no sorprendió en lo absoluto a la empresa minera, asevera la ejecutiva, dado que en 2016 BHP hizo público su compromiso de alcanzar el balance de género al 2025, según los estándares de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
El balance de género consiste en la representación 40%-60% (mujeres y hombres, respectivamente), precisa Calderón, “y hoy vemos que fue una decisión acertada. El 40% de nuestra dotación está compuesta por mujeres, transformándonos en la compañía minera con mayor presencia femenina en nuestra fuerza de trabajo en Chile y la primera en alcanzar el balance de género”.
“Las mujeres representamos más de la mitad de la sociedad y no hay razón alguna para que estemos sub representadas en la industria minera”, recalca la ejecutiva. Por este motivo, aclara, hoy muchas firmas mineras tienen metas claras de incorporación de mujeres a sus filas.
El problema es que este proceso avanza a paso muy lento.
De hecho, la participación femenina en la mediana y gran minería del cobre solo alcanzó el 14,8% al cierre del 2022, según el estudio “Representación de la mujer en el sector minero en Chile”, desarrollado por Cochilco (Comisión Chilena del Cobre) y dado a conocer en diciembre pasado. Dicha cifra representó un aumento de dos puntos porcentuales frente a la medición del 2021.
Si bien Aurora Williams, ministra de Minería, celebró el incremento, el estudio de Cochilco también reveló que aún persisten brechas importantes, especialmente en lo relacionado con la participación de la mujer en cargos directivos.
“Por ello nuestra meta es lograr una participación femenina del 25% en puestos directivos al 2030”, detalló la titular a través de la prensa, “para lo cual seguiremos fortaleciendo iniciativas público-privadas, mediante la Mesa Nacional Mujer y Minería que lideramos en conjunto con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.
Valiosos cambios
¿De qué depende el desarrollo profesional de la mujer en la industria? “principalmente del apoyo del equipo y de las ganas de aprender”, responde Sofía Salvo Zamora, operadora Despacho de Concentrado en Minera Spence. “Lo que veo es que todas tienen ganas de aprender, pero la actitud del entorno es vital, ayudando mucho al desarrollo personal y profesional”.
Con entusiasmo la operadora y socia de WIM Chile, agrega que “hay mujeres muy potentes, que al momento de planear una tarea con equipos multidisciplinarios, se preocupan del más mínimo detalle para que la operación resulte efectivamente segura. Antes era impensable tener a una mujer en un puesto de alto mando en alguna minera. Ahora me enorgullece ver la presencia femenina en todos los cargos, ocupando espacios importantes con sus decisiones”.
Dominique Viera, presidenta de APRIMIN (Asociación de Proveedores de la Minería), coincide plenamente y rescata el momento por el que atraviesa el sector. “Si en el pasado habían barreras vinculadas con la infraestructura y se dejaban personas fuera de procesos de selección debido a su género, hoy todo ello ha cambiado. Es más, si miramos las carreras directamente relacionadas con minería, donde no egresan muchas mujeres, vemos que en muchos casos las empresas mineras se “pelean” a las estudiantes”.
Al comparar la actual radiografía de la industria con la de hace unos años atrás, la ejecutiva valora los cambios positivos que se han gestado. “Hay que reconocer el compromiso de todo el ecosistema minero por identificar aquellos elementos que pueden desincentivar la incorporación de la mujer y su disposición a trabajar en ellos”.
“Mención aparte merece el desarrollo tecnológico que han desplegado destacados proveedores”, subraya la vocera, “brindando soluciones como la tecnología robótica que, junto con quitar a los seres humanos de la línea de fuego, han hecho que la fuerza y la distancia ya no sean un requisito para trabajar en este rubro”.
“Como dijo una colega”, aporta Salvo, “nosotras buscamos la mejor forma de realizar el trabajo y ello no necesariamente implica ocupar la fuerza”.
Justo en este punto, Viera apunta al rol que desempeñan los medios de comunicación, para que las nuevas y actuales generaciones reconozcan en la industria minera una posibilidad real de trabajo y de desarrollo profesional. “Si no te gusta trabajar en el cerro, existen muchas otras alternativas. Si quieres estudiar carreras humanistas, te necesitamos. Si te desempeñas en el área de la biología, aún más. Y si te gusta la tecnología, ni te cuento”.
Derribando mitos
De igual forma, Viera aplaude las distintas iniciativas del sector que han permitido derribar ciertos mitos, como que: hay que trabajar directamente en la mina; tener una carrera afín; estar en un sistema de turnos; o bien, poseer fuerza física.
“Hoy existen proveedores y contratistas que ofrecen una gran diversidad de trabajos que requiere la minería y que se desarrollan desde distintas partes del mundo. Muchos de estos puestos pertenecen al “Great Place to Work” en modalidades híbridas y se trata de una oferta de empleos mucho más amplia que la que la minería puede ofrecer en forma directa”, explica Viera.
Uno de los principales desafíos de la industria minera, es atraer talento sin importar el género, remarca la ejecutiva. “Necesitamos seres humanos comprometidos con el desarrollo del sector, con una mirada sostenible, que fomenten la innovación, la mirada crítica y la creación de conocimiento, para así alcanzar las distintas metas que tenemos”.
Transición cultural
¿Cómo se avanza para atraer más talento femenino? A juicio de Valenzuela, una estrategia muy eficiente es mayor acercamiento de la empresa minera con la comunidad, a través de charlas, mentorías y cursos dirigidos a colegios y juntas de vecinos.
“De esta forma, las mujeres pueden capacitarse, conocer el rubro y reconocerlo como un espacio seguro, donde serán valoradas y podrán conciliar su vida familiar con la laboral”, explica la operadora de Minera Candelaria.
Sin embargo, Fabián Choque va aún más lejos y plantea que es importante migrar hacia la equidad salarial, “otorgando igual valor al trabajo desempeñado por la mujer. Ello implica eliminar brechas salariales y asegurar que la mujer reciba una remuneración justa por su trabajo”.
Asimismo, es necesario introducir mejoras tecnológicas, que faciliten el trabajo de la mujer en minería, sostiene la operadora, con equipos y maquinarias más ergonómicas, además del uso de tecnologías que reduzcan la carga física y mejoren la seguridad de la operación.
“Pero, sobre todo es fundamental promover un cambio cultural para lograr la igualdad de género”, subraya Fabián Choque. “Ello implica eliminar estereotipos, promover la diversidad y garantizar un ambiente laboral inclusivo para todas las personas”.
En sintonía con lo anterior, Salvo Zamora, explica que “lo primordial es mejorar la cultura, porque cuando se trabaja en sistema de turnos, se invierte tiempo, familia y otros valores que el dinero no va a compensar”.
Viera se suma al debate asegurando que “hoy hay una generación de ejecutivos que está cambiando y a veces los cambios duelen. Si hablamos de tecnologías y salarios, creo que en comparación con otras industrias que no están “masculinizadas”, la minería tiene mejores estándares a nivel nacional, siendo un modelo para otros países”.
“Lo que sí falta es mejorar el mensaje que como industria entregamos a las mujeres que no trabajan en ella”, concluye la timonel de Aprimin y donde cobra gran importancia la labor de educadores y comunicadores, para transmitir la relevancia de la minería y remarcar que “es la mejor marca país”.
FUENTE NUEVA MINERIA