Rafael de la Horra Donoso, académico de la Facultad de Economía y Negocios, UNAB Sede Viña del Mar.
En un contexto económico no muy favorable, marcado por la inflación y la incertidumbre, la Navidad se convierte en una gran oportunidad para reactivar el consumo. Una encuesta realizada por la Cámara Nacional de Comercio (CNC) reveló el comportamiento de los consumidores de cara a los gastos de esta festividad, acusando una disminución en la cantidad de regalos y el nivel de gasto en los mismos en relación con el año pasado. Según cifras entregadas por el organismo, del total de encuestados (888) un 89% (791) admitió que comprará regalos en esta Navidad y un 11% no lo hará. La mayoría de estos últimos argumentando la “difícil situación económica/desempleo” (74%). Por otro lado, quienes sí buscarán presentes afirmaron en un 46% que comprarán en un nivel similar al del 2023; un 39% dijo que comprará menos y un 15% que comprará más.
Este comportamiento no sorprende considerando el contexto actual de Chile. Durante el 2024, la inflación acumulada alcanzó un 4,8%, afectando el poder adquisitivo de los hogares y encareciendo productos esenciales como alimentos y transporte.
A pesar de un leve incremento en los salarios reales, que crecieron un 2,3% respecto al año anterior, muchas familias han sentido que este aumento no ha sido suficiente para compensar el alza en los costos de vida. Por otro lado, las tasas de interés, que se mantienen en torno al 10%, han encarecido significativamente el acceso al crédito, limitando la capacidad de financiamiento para los consumidores. Esto ha generado una presión adicional en los presupuestos familiares, obligándolos a priorizar gastos esenciales sobre otros deseos o tradiciones.
Para que los gastos navideños no comprometan la estabilidad económica de los hogares, expertos sugieren tomar en cuenta algunas recomendaciones. Planificar un presupuesto, determinando cuánto dinero se puede destinar a regalos, decoración y celebraciones sin poner en riesgo otros compromisos financieros.
Asimismo, priorizar calidad sobre cantidad. Elegir regalos significativos o prácticos en lugar de comprar por volumen. Este enfoque también promueve un consumo más consciente.
Aprovechar ofertas y descuentos siempre es positivo. Comparar precios y buscar promociones en el comercio local o en línea para optimizar cada peso gastado. Además, se puede optar por regalos hechos en casa. Manualidades o productos caseros pueden ser opciones más económicas y personalizadas, ideales para familias numerosas.
Por otro lado, se debe evitar el endeudamiento excesivo. Se aconseja usar tarjetas de crédito con precaución y preferir compras al contado siempre que sea posible.
En este escenario, las familias chilenas están demostrando una notable capacidad de adaptación y priorización, enfocándose en mantener el espíritu navideño sin comprometer su estabilidad económica. Este ajuste de expectativas también representa una oportunidad para reflexionar sobre el verdadero significado de estas fiestas.