El inicio de 2025 ha traído cifras positivas para la minería chilena. Las exportaciones del sector han mostrado un crecimiento significativo, con el cobre manteniendo su papel protagónico. A esto se suma un déficit global del metal que refuerza su atractivo y mantiene sólidos sus fundamentos. Sin embargo, este escenario positivo no está exento de desafíos.
Uno de los factores que genera incertidumbre es la reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de elevar los aranceles a China y países vecinos. Esta medida podría desencadenar una serie de efectos económicos que impactarían a Chile: costos de fabricación más altos, aumento de la inflación en Estados Unidos, mayores tasas de interés y un dólar fortalecido. En este contexto, una moneda estadounidense más robusta encarecería el cobre para compradores en otras divisas, afectando su demanda y, potencialmente, su precio.
A pesar de este panorama, la tensión económica entre estas dos potencias no es nueva. Durante la administración anterior de Trump ya vivimos una situación similar, lo que nos permite anticiparnos y prepararnos para mitigar los riesgos. Como industria, debemos enfocarnos en los factores que sí podemos gestionar, y aquí es donde la productividad y el uso eficiente de los recursos, juegan un papel crucial.
Chile sigue enfrentando desafíos estructurales en minería, donde la excesiva permisología se ha convertido en una barrera crítica para el desarrollo de proyectos. Sin embargo, hay señales positivas: en 2024 la producción de cobre creció un 4,9% en comparación con el año anterior, según cifras de Cochilco. Además, en el segundo semestre de 2024, muchos de nuestros clientes comenzaron a acelerar la adjudicación de proyectos y obras para mantener o incrementar su producción, lo que, como Vecchiola S.A. nos hace prever una estabilidad en los niveles de actividad para este 2025.
Otro motivo de optimismo es el avance de proyectos greenfield, ya sea en tramitación ambiental o en la incorporación de nuevos inversionistas para su fase de explotación. Un ejemplo concreto es el reciente anuncio de Minera Pucobre, que confirmó el financiamiento de US$ 375 millones para su proyecto El Espino, lo que es una excelente noticia para la industria.
Desde nuestra perspectiva como proveedores de la industria minera, proyectamos un año con crecimiento en ventas respecto al periodo anterior. Hemos asegurado adjudicaciones de servicios de largo plazo, consolidando la confianza de nuestros clientes actuales y sumando nuevos socios estratégicos. Este contexto nos desafía a seguir fortaleciendo nuestras capacidades internas y a generar alianzas que nos permitan mantener nuestra competitividad y mejorar nuestro desempeño.
En un escenario de volatilidad global, la minería chilena tiene la oportunidad de dar un salto en productividad y eficiencia. Hoy, uno de cada tres trabajadores en minería pertenece a empresas colaboradoras, lo que subraya el rol clave de los proveedores en mejorar la competitividad del sector. Con estrategia, innovación y colaboración, podemos transformar los desafíos en oportunidades y avanzar para que 2025 sea un año de consolidación para nuestra industria.
Martín Pierola
Gerente general de Vecchiola S.A.