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Preocupación por baja convocatoria en primarias: Expertos desdramatizan escenario y fijan piso de 5% del padrón

Este domingo se realizarán primarias para gobernadores regionales en todo el país y de alcaldes en 36 comunas, en las cuales cuatro pactos políticos escogerán a sus candidatos a través del voto popular para competir posteriormente en las elecciones finales, que se desarrollarán el próximo 11 de abril de 2021.

En total, postulan 103 candidatos a edil y 87 a jefe regional de la Unidad Constituyente (DC, PS, PPD, PR, PRO y Ciudadanos), Frente Amplio (RD, PL, Comunes y CS), Chile Vamos (UDI, RN Evópoli y PRI) y el Partido Ecologista Verde. En el caso del primer bloque, lo harán solo en gobernadores, mientras que el resto en ambos comicios.

Sin embargo, pese a la magnitud del proceso, no se percibe un clima de entusiasmo entre la ciudadanía frente a la elección, quizás debido a distintos factores, como la reciente realización del Plebiscito constitucional, la presencia de la pandemia del covid, la escasa publicidad del evento y la acotada campaña de los partidos, entre otros.
Dicho ambiente abrió una inquietud sobre una posible baja convocatoria a las urnas, lo cual podría representar un complejo revés para este tipo de mecanismo, el cual fue instaurado legalmente en 2012 precisamente para fomentar la participación ciudadana y la democracia al interior de los partidos políticos.

En ese contexto, distintos expertos dieron a conocer sus expectativas sobre la cantidad de personas que acudirá a votar, coincidiendo en que pese a que hay pesimismo por los elementos antes señalados, las cifras no debieran ser distintas a las que ya se han registrado en procesos similares, como las primarias municipales de 2016.

Al respecto, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, destacó que “a única referencia que tenemos son las primarias de 2016 en que votó cerca del 6%. Sin embargo, y dado que también hay elecciones de gobernadores, esa participación podría variar”.

“Sobre todo si pensamos que en las primarias presidenciales de 2013 votó el 22% y en las de 2017 el 13%, aunque en este último caso la Nueva Mayoría no participó del proceso. La incógnita, por cierto, responde a la capacidad de movilización de los partidos”, añadió.

A su juicio, si las colectividades “ya perdieron esa capacidad, no sería sorprendente que registráramos una participación incluso por debajo del 6%, pero si los partidos aún mantienen su fuerza movilizadora, podrían rebasar esa cifra”, junto con advertir que “la participación no será siquiera comparable con lo que sucedió en el Plebiscito”.

“El piso de participación debiese ser lo que se alcanzó en las primarias locales de 2016 que es cercano al 6%. Cualquier cifra que supere esta barrera, no podría ser interpretada como un desastre. Si se llegara al 10% de participación, que es cerca de 1 millón 400 mil votos, sería un verdadero éxito”, recalcó.

Nivel de abstención normal

En la misma línea, el cientista político y profesor de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, sostuvo que “si de algo estamos seguros es que la participación en estas primarias municipales será menor al de otras elecciones, como las primarias presidenciales o inclusive la primaria de 2016”
“Pero más allá de preocuparnos por la abstención, debemos comprender que es absolutamente normal que esto ocurra por dos factores: Solo votan los ciudadanos con mayor compromiso con los partidos que compiten y la pandemia, que generará que los ciudadanos decidan no participar para evitar exponerse a contagios”, indicó.

Para Fernández, si bien el covid no influyó de manera generalizada en el Plebiscito, “el ambiente electoral y la percepción de relevancia del proceso es diametralmente opuesto a lo ocurrido el 25 de octubre”, junto con coincidir con Morales en que las cifras que se debieran ver serán similares a las de 2016.

“Teniendo en cuenta los datos de la última primaria, donde aproximadamente un 5% de los habilitados para sufragar emitieron su preferencia, uno esperaría que la tasa de participación no fuese dramáticamente distinta. Aun así, es probable que existan mayores dificultades para convocar por la pandemia, la baja confianza social que viven los partidos, y el ambiente que existe en la opinión pública”, enfatizó.

Según el analista, considerando esos aspectos, el mantener niveles de participación relativamente cercanos a lo ocurrido en 2016 “sería una buena noticia para los partidos políticos que participaran del proceso, y el sistema de primarias en general”.

En tanto, Morales advirtió que “el riesgo de una baja participación siempre está presente cuando las elecciones se organizan bajo el voto voluntario. De hecho, los más pesimistas auguraban una participación del 60% en el último plebiscito, cifra que- en definitiva- bordeó el 51%”.

“Por tanto, bien pudiera suceder que en estas primarias vote menos de lo que históricamente ha votado en las primarias (5,6%), pero se debe tener clara una cuestión elemental: para las primarias, si bien todos los electores están invitados a participar -salvo los militantes de partidos distintos a los inscritos para una primaria en alguna comuna o región-, el objetivo es escoger al candidato de cada pacto que competirá en abril”.

“Entonces, aunque el universo formal son casi todos los electores, para calibrar correctamente la participación hay que revisar cuántos electores votaron a un pacto en las elecciones pasadas. Por ejemplo, si el pacto Unidad Constituyente sacó en 2017 cerca de 2 millones de votos, yo consideraría ese volumen como el universo sobre el cual calcular la participación”, detalló.

Responsabilidad ante posible alta abstención

En cuanto a la posibilidad de que se registre un fracaso en términos de participación, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, advirtió que el proceso de primarias “no está totalmente asentado en la cultura política chilena y los partidos no hacen un esfuerzo muy significativo para promoverlas”.

En ese contexto, expresó que en ello “hay una responsabilidad importante de parte del Gobierno y del Servel en que no hicieron una promoción significativa de esta elección. Yo observo mucha desinformación, poca claridad de lo que se vota y eso puede ser un factor que pueda hacer que la participación no sea muy significativa este domingo”.

Asimismo, añadió que los partidos también tienen una deuda al respecto, ya que “no fomentan esta cultura de la competencia interna y en los pactos. Esto tiene que ver con un tema de cultura política, ya que a pesar de que este mecanismo se ha instalado, nunca ha sido un espacio muy convocante para dirimir disputas”.

“Recuerdo solo la interna entre Zaldívar y Lagos a fines de los ’90 para definir al entonces candidato de la entonces Concertación, que movilizó una cantidad importante de militantes a favor de Lagos, pero de ahí en adelante y hasta ahora que el Servel supervisa estas elecciones, no logran permear la cultura política chilena”, recalcó.

Si este domingo se ve una baja participación, según Fernández, “los grandes responsables son los partidos políticos. Ellos son los llamados a desplegar su fuerza territorial para movilizar electores a las urnas, como así también demostrar su capacidad de movilización en cada uno de los territorios frente a sus aliados políticos”.

“Sumado a ello, también existe una responsabilidad compartida entre el Servel y el Gobierno en cuanto a la seguridad que rodee el proceso. Solo en la medida en que cada elección sea segura, podremos seguir con el cargado calendario electoral mientras dure la pandemia sin generar dudas en la ciudadanía”, dijo.

Finalmente, Morales señaló que “los responsables de una baja participación siempre serán los partidos, pues el mecanismo de primarias está destinado para que ellos resuelvan sus disputas internas en el marco de una coalición. Si no son capaces de movilizar a sus propias bases electorales, entonces es mucho mejor evitar este mecanismo y utilizar otro alternativo”.

“Además, si la participación es baja, los ganadores llegarán revestidos de un escaso apoyo político a la elección de abril. Dicho en otras palabras, una baja participación sólo serviría para alimentar la debilidad de los ganadores, en circunstancias de que las primarias están diseñadas para fortalecer a esos ganadores”, concluyó.

Fuente: emol

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