El presidente serbio Aleksandar Vucic se retractó de su decisión de reimponer el toque de queda como medida para combatir el avance de la pandemia de Covid-19 y ha instado a la gente a dejar de participar en manifestaciones antigubernamentales que han dado lugar a violentos enfrentamientos con la policía.
El día anterior, el mandatario había anunciado en conferencia de prensa su intención de instaurar un toque de queda el viernes, al tiempo que se limitarían las concentraciones de personas a cinco individuos. Vucic fundamentó la medida por el creciente número de casos de Covid-19 en el país y los hospitales que funcionan a plena capacidad.
Las declaraciones volvieron a encender las protestas del martes. Diez policías resultaron heridos en los enfrentamientos que tuvieron lugar el miércoles por la noche en Belgrado entre manifestantes furiosos y policías, según sostuvo el Ministro del Interior Nebojsa Stefanovic.
El descontento se extendió el miércoles a otras ciudades de Serbia, Novi Sad (al norte), Nis (al sur) y Kragujevac (al centro), donde los locales del Partido del Progreso de Serbia (SNS) de Vucic fueron objeto de vandalismo.
La indignación se concentra en el presidente, a quien los críticos acusan de haber propiciado una segunda oleada de la epidemia al levantar demasiado rápido el confinamiento para poder realizar las elecciones del 21 de junio.
“El gobierno sólo busca proteger sus propios intereses, las personas son daños colaterales”, dijo Jelina Jankovic, una mujer de 53 años, en medio de la protesta.
El Partido Progresista Serbio (SNS), de Vucic, ganó cómodamente las elecciones en una votación boicoteada por la oposición.
Desde entonces, las infecciones con el nuevo coronavirus se han disparado a más de 300 casos por día, haciendo colapsar los hospitales.
“Ya hemos tenido suficiente con la manipulación de los datos de Covid-19”, dijo otra manifestante, Danijela Ognjenovic, refiriéndose a las acusaciones de que las autoridades están subestimando el número de muertos.
Caos frente al parlamento
Después de un comienzo pacífico, la manifestación del miércoles se tornó violenta, dando lugar a enfrentamientos entre manifestantes, que lanzaron bengalas y otros objetos a la policía, que a su vez usó gases lacrimógenos.
Una vez que la multitud principal fuera del edificio del parlamento se dispersó, la policía antidisturbios aún persiguió a manifestantes en las calles circundantes.
Como el martes, las protestas del miércoles por la noche condujeron a desbordamientos. Las imágenes emitidas en las redes sociales muestran al menos una docena de policías antidisturbios golpeando violentamente a un joven que está en el suelo.
La agencia Beta también informó que uno de sus periodistas fue golpeado por la policía después de que se identificó como perteneciente a la prensa.
Vucic, por su parte, condenó la “violencia política más brutal de los últimos años” que “daña la imagen de Serbia” en un momento en que se van a reanudar las negociaciones sobre la normalización de sus relaciones con Kosovo, su antigua provincia predominantemente albanesa que declaró la independencia en 2008.
El presidente serbio viajará a París el jueves para mantener conversaciones con Emmanuel Macron antes de una cumbre por videoconferencia el viernes con, entre otros, el primer ministro kosovar Avdullah Hoti, el presidente francés y la canciller Angela Merkel. El objetivo es “relanzar el diálogo” entre Belgrado y Pristina.