La cartera a cargo del ministro Marco Antonio Ávila entregó la primera radiografía de las condiciones socioeconómicas de los deudores del CAE, cifras que retratan la realidad de las más de 1.100.000 personas con morosidad. “Esta información nos entrega un diagnóstico robusto que justifica la pertinencia de la condonación a las deudas educativas. Como Gobierno estamos comprometidos en avanzar en nuestro compromiso de reparar esta situación”, mencionó el ministro.
Desde el comienzo de su carrera hacia La Moneda, el Presidente Gabriel Boric tomó la condonación de las deudas del CAE como una de sus principales banderas de lucha, puesto que estas son “una pesada mochila para las y los deudores educativos, y una alta carga para el Estado, el que a la fecha ya ha recomprado más de la mitad de los créditos cursados”, como señala el programa de Gobierno.
Para avanzar en este proyecto -que incluso fue anunciado en la cuenta pública bajo el nombre de Plan de Condonación a la Deuda Educativa- el Ministerio de Educación ha levantado un nuevo estudio para determinar la realidad socioeconómica de las cerca de 1.100.000 personas deudoras.
El informe, que analizó los datos de 669 mil deudores que estaban en etapa de pago hasta diciembre de 2020, arrojó que el 69% de las y los deudores en etapa de pago posee ingresos mensuales inferiores a $ 750.000 y el 81% tiene ingresos menores a $ 1.000.000.
El estudio titulado “Primer Informe del Crédito con Aval del Estado: Características de la población deudora e impactos” cruzó información de la Comisión Ingresa y del Servicio de Impuestos Internos (SII), correspondiente a la Operación Renta del año 2021.
Desde su cartera, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, sostuvo que este informe entrega una radiografía acabada de las condiciones socioeconómicas de los deudores del CAE que les permite “visualizar la difícil situación en la que viven miles de familias en Chile. Lejos de la imagen que se ha tratado de instalar, la gran mayoría de los deudores no tienen altos ingresos”, expresó el ministro.
Asimismo agregó que “esta información nos entrega un diagnóstico robusto que justifica la pertinencia de la condonación a las deudas educativas. Como Gobierno, estamos comprometidos en avanzar en nuestro compromiso de reparar esta situación”.
Endeudado y con el sueldo mínimo
Según los resultados preliminares del informe, el 38% de los deudores presenta ingresos promedio inferiores a $ 250.000 mensuales. Mientras que, por el contrario,tan solo un 8% posee ingresos superiores a $ 1.500.000 y solo el 1,8% cuenta con ingresos superiores a $ 2.500.000.
Víctor Orellana, investigador de la Fundación Nodo XXI y académico de la Universidad de Chile, explica que esta realidad se debe a que la expansión de la educación superior -en términos estructurales- “no estuvo acompañada de un proceso de transformación de la estructura ocupacional”.
“No hubo espacio para los nuevos egresados y para las personas con estudios en la educación superior. Por lo tanto, tienes una profesión a la cual nunca le sacamos potencial (…) Para que el país se plantee el problema del desarrollo y de la transformación de su estructura productiva necesitamos la creatividad y el esfuerzo y las ganas de ese millón y tanto de profesionales hoy endeudados”.
Los resultados preliminares del estudio también pueden relacionarse con el informe publicado por La Tercera en marzo de este año, en donde se señalaba que el valor promedio de la cuota de un deudor del CAE es de 1,4 UF (en ese entonces aproximadamente $ 44.200) y casi la mitad de ellos (47%) paga una cuota inferior a 1 UF (cerca de $ 31.590 hace casi tres meses).
Orellana sostiene que para algunas personas la cuota del CAE “parece poca plata, pero si tú ganas 300.000 pesos, ya son 30.000 pesos que se van”. Es por eso que condonar la deuda universal implicaría un aumento del ingreso de las personas. Por lo tanto, también puede ser considerado como una medida del impacto de la economía. Una vía que ayuda a las personas a incrementar su poder adquisitivo”.
Del informe actual también se desprenden los datos de comparación entre el nivel socioeconómico que tenían los deudores al momento de solicitar y adquirir el crédito y su nivel de ingreso actual.
En esta línea, se comprueba que entre la población deudora perteneciente a los dos primeros quintiles (40% más vulnerable de la población), el 75% posee rentas mensuales promedio inferiores a los $ 750.000 pesos, mientras que solo el 8% gana cifras superiores a 1.500.000 pesos.
Al contrario, entre los deudores que pertenecían originalmente al quintil de mayores ingresos, hoy el 59% se concentra en los tramos bajo los $ 750.000, en comparación con el 14% que gana cifras superiores a $ 1.500.000 mensuales.
Deudas y brecha de género
La realidad de los deudores del CAE no solo recae en la variable socioeconómica, sino que también es distinta en base al género de la persona.
A raíz del informe, se demuestra que las mujeres llegan a ser más perjudicadas que los hombres, puesto que el 72% de las deudoras gana menos de 750 mil pesos, mientras que en el caso de los hombres, corresponde solo al 66%.
Esta realidad es más dramática si se analiza a las mujeres que adquirieron el crédito, pero no terminaron sus estudios: el 92% de ellas gana menos de $ 750.000, lo que en el caso de los hombres llega al 84%.
Para Lorena Pérez-Roa, investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, este fenómeno responde un poco al perfil salarial de las mujeres jóvenes profesionales.
“En temas de CAE, las cifras son más elevadas en mujeres que hombres, puesto que las carreras que ellas financiaron son carreras que están tradicionalmente ubicadas al espacio del cuidado. Es decir, son carreras que cuya rentabilidad en términos económicos es menor. Entonces son gente que tiene un ingreso salarial menor y por lo tanto el porcentaje del CAE es más importante. Los salarios son menores, entonces eso representa un mayor porcentaje con respecto a la facilidad de pago y peores condiciones para empezar un camino de autonomía económica e independencia.”, sostiene.
Fuente: La Tercera