La prueba PAES, ha sido presentada “en sociedad” en esta evaluación 2022. Ha sido un largo camino hasta esta propuesta que, en términos generales, parecer ser una alternativa mucho más pertinente que sus predecesoras. Pero la prueba de fuego será, obviamente, el resultado que se obtenga y la capacidad del instrumento de cumplir el propósito para el que fue diseñado, esto es, que demuestra su validez evaluando habilidades y capacidades. Esta nueva propuesta abarca los contenidos desde séptimo básico a segundo medio y se centra en la evaluación de habilidades, aspecto que es posible comprobar revisando algunas de las preguntas propuestas.
A su vez, hay un cambio en la escala de puntajes, lo que permite diferenciar con mayor precisión los resultados individuales, y se diseña siguiendo las recomendaciones de expertos, ya que, al agrandar el rango de los puntajes, se obtiene mayor precisión. El perfil de la prueba PAES, se aprecia diferente, y esperamos ver más muestras de evaluación de habilidades y no solo de contenidos.
No obstante, hay resguardos y reflexiones que es preciso realizar en este contexto coyuntural de aplicación de esta prueba.
El hecho de que cubra entre 7mo y 2do medio, a esta generación 2022 que hoy rinde esta prueba, resulta todo un desafío: estos alumnos cursaron su 2do medio en pandemia el año 2020, en modalidad virtual y su tercero medio el 2021 en modalidad semipresencial muchos de ellos. A su vez este 2022 ha sido un año postpandemia, altamente conflictuado, con un alza notoria en los indicadores de violencia y depresión entre los estudiantes en general y de educación media en especial ¿Habrá espacio en el análisis de la prueba PAES para acoger este complejo contexto? Es muy probable que, además, los resultados reflejen una vez más, la notable desigualdad que hay en Chile en su sistema educativo, que perpetúa y profundiza en la desigualdad que nos identifica: la diferencia entre colegios con nombre y recursos, y de establecimientos con número, pero sin recursos. A eso debemos sumar que la pandemia obligó al MINEDUC y a colegios, a “priorizar” aprendizajes y objetivos en el aula. Estamos conscientes de que la cobertura curricular ha sufrido un notorio descenso en estos tres años que van de pandemia y postpandemia.
Sabemos que los esfuerzos por tratar de avanzar en los diferentes frentes y desafíos educacionales son muchos, muy complejos y diversos. La soluciones lo son también. Pero frente a esta inconmensurable diversidad, nos quedamos con un gusto positivo de conocer una prueba de selección universitaria cuyo foco son las habilidades y competencias que tanto se necesitan para formar profesionales que ayuden a impulsar cambios en los diversos frentes que esta sociedad necesita. PAES, estaremos esperando los resultados, y observando el proceso y la toma de decisiones que esto debiera conllevar.
Por: Margot Recabarren, Directora de la Pedagogía en Educación Media, UNAB sede Viña del Mar.