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¿Qué le espera a estudiantes, profesores y apoderados este 2021?

Siendo un año completamente atípico en educación  donde se tratará de implementar un modelo hibrido para poder realizar las clases y tratar de retomar en parte la normalidad especialistas en educación llaman a la  flexibilidad y la capacidad de adaptación tanto de alumnos, docentes y apoderados para lograr sobrellevar de mejor formar los cambios que se pueden producir por el virus en avances y retrocesos.

Aseguran que el vínculo familia escuela será primordial para llevar a cabo con éxito este proceso que se debe validar con el Aprendizaje Socioemocional para así  lograr gestionar las emociones de los alumnos  y su autorregulación.

Las comunidades educativas deberán enfrentarse a la tensión que significará no sólo el retorno a las clases presenciales, sino convivir con altibajos de aperturas y cierres de escuelas, dependiendo del avance o retroceso. “Es lo que se ha visto al menos en el hemisferio norte y es el primer desafío transversal que vendrá en marzo”, señala Claudia Araya, directora de Asesorías en Desarrollo Profesional de Impulso Docente. Por eso, el vínculo familia-escuela es primordial y debe resignificarse: sólo así habrá éxito en el aprendizaje de los estudiantes. “Normalmente ocupamos un rol mucho más observador como apoderados y la pandemia nos mostró que cuando ellos pueden ser parte los estudiantes tienen un mejor desempeño. No podemos quedarnos nunca más fuera”, agrega Natalia Casas, coordinadora del Programa de Formación de Mentores de la fundación.

En el caso de los alumnos, en momentos en que la frustración aparezca, será fundamental que los estudiantes tengan claro su propósito. “El desafío para los estudiantes es cómo se enfocan: porque irán al colegio pensando en reencontrarse con sus compañeros y profesores, en querer abrazarse, conversar, acercarse, es casi natural en la niñez y adolescencia. Será un desafío para niños y adolescentes autorregularse”, agrega Claudia Araya, directora del Programa de Asesorías en Desarrollo Profesional Docente.

Por ello, las claves para el proceso de educación híbrida (la mezcla entre clases presenciales y virtuales) estarán vinculadas con el Aprendizaje Socioemocional. “A nivel digital y de recursos, las oportunidades para aprender estarán en gran parte de las escuelas, sin embargo, la capacidad de gestionar las emociones de los jóvenes será clave para la autorregulación y la autonomía en sus procesos de aprendizaje”, agrega Eduardo Vallejos, del equipo de Proyectos de Asesoría en Aprendizaje Socioemocional.

Un desafío extra será el de adaptarse a los hábitos y rutinas asociados al traslado y retorno a la escuela, que posiblemente incidirán en la calidad del sueño, los niveles de atención durante clases y en los estados de ánimo, especialmente en las edades más tempranas, “dada la evidencia de la relación entre estas variables del estudiante y su impacto en los aprendizajes”, señala Alejandro Sánchez, también del equipo de Aprendizaje Socioemocional de Impulso Docente.

Los profesores históricamente han tenido muy poco tiempo para planificar sus clases y ese tiempo será también utilizado este año para conocer y aplicar los protocolos sanitarios. “El desafío será armonizar el cruce entre enseñar un par de horas presencialmente, comunicar los protocolos contra el COVID y luego volver a casa a tener una reunión con los colegas, realizar clases a los niños que no pudieron asistir y revisar tareas…y volver a planificar”, agrega Araya. El tiempo será mucho más escaso, por ende, una priorización curricular local para simplificar qué vamos a aprender este 2021 será más que necesaria.

Ahora, en un segundo año donde la incertidumbre es parte de nuestras vidas, tenemos que trabajar como docentes en ir recuperando la calidad de esos aprendizajes. “Todos tenemos que ser conscientes de qué fue lo que perdimos en 2020. El hecho de que todos lo sepamos permite su reparación”, enfatiza Natalia Casas.

“Los apoderados tomaron conciencia el pasado 2020 de lo esencial que es su rol en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El desafío 2021 es construir una mayor comunicación con los establecimientos educacionales que les permitan a las comunidades educativas apoyar efectivamente a los alumnos en aquellas áreas donde los apoderados no pueden ser apoyo”, señala Maren Ureta, jefa de Asesorías de Proyectos de Aprendizaje Socioemocional de Impulso Docente.

Asimismo, es fundamental para los apoderados “entender qué están sintiendo y desde allí rediseñar rutinas y organizar bien sus tiempos para aminorar el estrés laboral en el contexto de pandemia. Esto será crucial para crear climas en el hogar saludables desde lo emocional, lo que favorecerá el aprendizaje de sus hijos/hijas”, agrega Eduardo Vallejos.

El camino este 2021: construir una cultura escolar comunicativa y resiliente

Lo que ha hecho la pandemia es provocar distancia física y ha empujado a los diversos actores de una comunidad escolar a rediseñar las formas de llevar a cabo el aprendizaje. “Las escuelas encontraron un poder creativo que estaba dormido y los apoderados y estudiantes también tuvieron que trabajar más su compromiso, autonomía, propósito y perseverancia”, agrega Vallejos. En este ciclo de desajuste-aprendizaje-diseño y reajuste, la comunicación será vital para generar redes de apoyo en el ámbito emocional y operativo, escucharse y prestarse apoyo moral, lo que permitirá mantener la motivación y la perseverancia. “Comencemos a proyectar una cultura escolar resiliente, que fortalezca los lazos comunitarios a través de la promoción de habilidades socioemocionales en todos sus miembros y que impacten directamente en el bienestar de todas y todos”, agrega Vallejos. Este 2021 será, sin duda, el año del aprendizaje socioemocional.

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