Tras una larga discusión, la Sala de la Cámara de Diputados y Diputadas rechazó los dos proyectos del quinto retiro de los fondos de pensiones. Por su parte, los representantes de la Región de Atacama tuvieron ideas dispares al momento de votar.
El primer proyecto permitía un retiro mínimo de 1,1 millones de pesos, con un tope de 4.5 millones, además del rescate del 100% de los fondos y obtuvo 70 votos de los 93 que necesitaba para ser aprobado.
Dos de esos votos positivos fueron de la Diputada RN Sofía Cid y el Independiente Cristián Tapia. Mientras que Daniella Cicardini y Juan Santana (ambos del PS) se abstuvieron.
El Diputado Tapia fue uno de los impulsores de este proyecto y lamento que no se siguiera con su tramitación.
El “retiro acotado” presentado por el gobierno permitía el retiro de fondos para pagar deudas y con un monto máximo de 1 millón de pesos, obtuvo 68 votos de los 78 que necesitaba para continuar con su trámite.
La medida, fue aprobada por Cristian Tapia, Daniella Cicardini y Juan Santana, mientras que Sofía Cid rechazó el proyecto.
Por su parte, Jaime Mulet, Diputado de la Federación Regionalista Verde, no votó en ninguna de las dos instancias por estar ausente del pleno la jornada de este lunes. La ausencia, debidamente justificada y que se extiende desde el 16 al 22 de abril, refiere a que es ‘alerta covid’ por una exposición con un caso confirmado. De todas formas, quiso entregar su apoyo al gobierno y dejar claro que su meta es reformar el sistema de pensiones, eliminando las AFP.
Con este resultado, el quinto retiro deberá esperar un año para ser presentado nuevamente, pero ya existen -antes de la votación- cuatro proyectos presentados para un sexto retiro, por lo que la discusión podría continuar en los próximos meses.
En cuanto a la propuesta del Ejecutivo, que busca un retiro de fondos para ir en ayuda de quienes tienen deudas, la situación es similar, sin embargo, el Gobierno tiene la opción de insistir y solicitar que el texto pase al Senado.
En la Cámara Alta el proyecto requerirá dos tercios de los votos de los legisladores presentes para poder ser aprobado. De lograr el visto bueno en esta instancia, podrá volver a ser revisado por los diputados, quienes podrán volver a desechar la idea, también con un quórum de dos tercios.
