Unos agitados días se viven en el sector salud, con movilizaciones consecutivas de trabajadores de distintos gremios.
Este miércoles partió el paro nacional de los funcionarios de la salud primaria, que se extenderá hasta el viernes. Éste afecta a los consultorios, Cesfam, servicios de atención primaria de urgencia (SAPU), centros comunitarios de salud y postas rurales.
La movilización fue convocada por la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), uno de los gremios más relevantes del sector salud, con más de 60 mil socios en todo el país.
Los trabajadores demandan un aumento de los cupos de incentivo al retiro de los trabajadores. Argumentan que sin este incentivo hoy “muy pocas personas pueden jubilar porque sus pensiones serán bajísimas y no les permitirán sustentarse”.
También exigen una regularización del bono de trato usuario, y mejoras en el financiamiento de la atención primaria, donde acusan falta de recursos. Esto coincide con el inicio de la discusión de la ley de Presupuesto.
Los trabajadores acusan que el fin de la alerta sanitaria por el covid-19 “está sirviendo como excusa a la Dipres para hacer recortes en los presupuestos de salud”, y reclaman que la llegada de más de 300 mil usuarios nuevos a Fonasa en los últimos meses está poniendo “una presión extra a un sistema de por sí sobreexigido y desfinanciado”.
La paralización contempla movilizaciones en distintas regiones del país, jornadas de reflexión, y una gran marcha programada para este viernes 29 de septiembre en Santiago.
En los hospitales protestan por el despido de 6.300 trabajadores
En tanto, el próximo lunes 2 de octubre se inicia un nuevo paro nacional, esta vez de los trabajadores de la salud pública, convocado por la Confederación Nacional de Trabajadores de la Salud (Confenats), que agrupa a los funcionarios de los hospitales y de organismos dependientes del Minsal.
La medida fue anunciada tras sostener este martes una reunión con el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, de la que no salieron conformes ya que no recibieron una respuesta a sus demandas.
La principal preocupación del gremio es la situación de 6.300 funcionarios de la salud pública que fueron contratados durante la pandemia, y que ahora, al haber terminado la emergencia sanitaria, serán desvinculados de los hospitales, a partir del 30 de septiembre.
La Confenats argumenta que el aporte de estos trabajadores ha permitido hacer frente a la extensa lista de espera, la cual se incrementó durante la misma pandemia.
“El subsecretario planteó que, a pesar de él creer necesario y que la ministra creía necesario que 6.300 trabajadores tenían que quedarse, desde Hacienda se ha dicho que no hay recursos“, comentó la presidenta de la Fenats, Karen Palma.
El gremio llamó a paralizar todas sus actividades desde la próxima semana y hasta que se resuelvan sus demandas. “El llamado es que todas nuestras organizaciones radicalicen las acciones y el lunes iniciar un paro nacional si no hay respuesta y se revierte esta decisión por parte del ministerio”, dijo la representante de los trabajadores.