¿Qué es regionalizar? Conviene aclarar que el concepto de regiones existe en Chile desde 1969, bajo un sistema centralizado ubicado en límites imaginarios entre estas.
Por su parte, también implica entregar autonomía a las diferentes regiones que forman parte del país, potenciando sus atributos históricos, geográficos, sociopatrimoniales, entre otros, dejando atrás la centralización que ha sido protagonista hasta ahora, a pesar de que, como todos sabemos, Santiago no es Chile.
Gabriel González Videla, ex presidente chileno (1946-1952), de origen serenense, realizó algunos intentos que hoy siguen plasmados en las tramas urbanas, a través del Plan Serena, que recomiendo revisar como una obra relevante del urbanismo chileno.
Ahora, ¿Cómo sería efectiva una descentralización en la región de Coquimbo? Si vamos de lo macro a lo específico, podríamos potenciar nuestros límites fronterizos internacionales con Argentina, a través del paso Aguas Negras y generar nuevas rutas aéreas que permitan salir del país, evitando el paso por Santiago, que tanto tratamos de esquivar los oriundos de otras zonas. Por lo tanto, evitar la capital como paso obligado para la internacionalización, es una tarea clave.
A escala interregional, el trabajo colaborativo con Atacama y Valparaíso, otorgando valor a sus rutas costeras, recursos marinos y turismo astronómico, entendiendo que los cielos son patrimoniales y deben cuidarse.
A nivel intercomunal es importante destacar que en la Región de Coquimbo prima la ruralidad, ya que solo 3 de sus 15 comunas son de carácter urbano, lo cual deja la tarea de interconectarlas, poniendo en valor los aspectos significativos de cada una de ellas; y sin olvidar la historia y los pueblos originarios (diaguitas, changos y ánimas) de donde nacen estas urbanizaciones.
Potenciar los centros urbanos de La Serena, Coquimbo y Ovalle por medio de transportes integrales, no solo vehicular, sino que también vías ferroviarias –legado de la minería de la zona-, tranvías, ciclovías y otros, que permitan disminuir los largos trayectos que realizan quienes habitan las zonas rurales.
Debido a la baja participación ciudadana, es necesario que el gobierno local y sus juntas vecinales interactúen entre sí con mayor empoderamiento, para que los proyectos nazcan de necesidades de la ciudadanía y no de copias impuestas por los gobiernos de turno.
Por: Francesca Vives Figueroa, arquitecta, docente UCEN Región de Coquimbo