Miles de familias llegaron al Santuario de La Candelaria para participar en la Bendición de los niños, la mañana de este sábado 1 de febrero.
En su mensaje, el P. Jaime Pizarro, que presidió la celebración, comentó cómo muchos de los padres que trajeron a sus hijos fueron, ellos mismos traídos al Santuario cuando niños para conocer a la Virgen Candelaria. “Nosotros también, varios de los sacerdotes, fuimos levantados en los brazos de nuestros padres, en este mismo Santuario”. Invitó a hacer todos los días, la señal de la cruz sobre los más pequeños, y bendecirles. “No podemos olvidar esas costumbres tan lindas y sencillas, que son tan fuertes y poderosas en nuestro crecimiento y acercamiento al Señor”, dijo.
El sacerdote habló sobre el bautismo. “Bautizar a un niño pequeños no es imponerle una fe que no conoce. Es regalar a su hijo el don de conocer Dios, que se sienta acompañado y protegido por el Señor, y que sepa que es hijo e hija muy amado de Dios. Es fundamental. Y que elijan buenos padrinos”.
“Quiero pedir nuevamente perdón”
Ante los miles de personas reunidas en el patio del Santuario, el P. Jaime dijo: “Hoy quiero nuevamente pedir perdón, con profundo dolor y vergüenza, por los abusos que algunos miembros de la iglesia han cometido contra la inocencia de los niños. Pedir perdón especialmente a los niños, su fe, su inocencia, su corazón, han sido dañados con un daño terrible. La iglesia ha empezado con total convicción un camino de reparación. Les pido que confíen en el Señor, que acerque sus hijos a los sacramentos. Solo en Jesús la vida encuentra sentido, alegría, esperanza y sanación”.
Después de la prédica, los sacerdotes y diáconos rociaron agua bendita sobre la comunidad reunida, lo que fue recibido con alegría por las familias. Cabe señalar que la imagen de La Candelaria estaba vestida de blanco resplandeciente, con su traje de fiesta, y adornada con flores.
La Vicaría de Educación de la diócesis, como cada año, implementó un sector a los pies del altar, con actividades recreativas para que los niños se entretuvieran en espera del inicio de la misa.
