El jamaiquino Usain Bolt desató un huracán mediático con su venida a Chile. Entremedio de una ida al Lollapalooza y de reuniones varias que incluyeron hasta el Presidente, dio un consejo para fortalecer el atletismo local. El ex velocista de 100 y 200 metros, ganador de ocho oros olímpicos, puso como ejemplo lo que se hace en su tierra: darle tiraje al deporte en los colegios.
“Lo más difícil es encontrar talento en Chile, porque yo sé que acá el deporte principal es el fútbol, así que todo pasa por la determinación, por organizar torneos escolares. En Jamaica tenemos los nacionales escolares tanto para damas como varones. Va gente de todos los condados de la isla a competir. Acá me imagino que estará lleno de academias y de clubes de fútbol, pero si se hace algo poco a poco con el atletismo escolar, Chile podrá avanzar”, dijo el hombre más veloz del planeta.
Las distancias son enormes. En el país centroamericano se compite desde el jardín de infantes y toda la isla ve crecer a sus futuras estrellas en el Boys and Girls Championships, torneo que reúne a más de tres mil competidores, llena estadios y es transmitido por tv. Una quimera por esta parte del mundo.
Las palabras de Bolt rápidamente se esparcieron en el atletismo chileno.Hay acuerdo en que el desarrollo tiene que partir desde las bases y en que la escuela es un lugar clave para captar talentos. Sin embargo, hay demasiadas fisuras que arreglar antes de permitirse soñar.
El mundo paralelo de los colegios privados
Alberto Labra le ha dedicado su vida al atletismo. Bajo su mirada se han pulido, entre otros, Sebastián Keitel, Alberto Schneider y Fernanda Mackenna. Por 43 años, además, trabajó en el colegio Verbo Divino. Habla con la autoridad de un ministro del tiempo.
“Donde más se realiza atletismo en Chile es en la etapa escolar y específicamente se concentra en los colegios privados. La mayoría tiene pistas sintéticas y toda la implementación requerida. Pero hay un área escolar que no recibe el mismo apoyo”, cuenta a este medio.
“Hay muchos colegios que tienen profesores de educación física, pero no especializados. En los particulares, en cambio, sí tienen. En los de Santiago, que no deben ser más de cinco o seis, tienen de salto, de lanzamiento y de velocidad, divididos en vallas, relevos y combinadas.Mínimo tienen cuatro técnicos específicos, los resultados están a la vista”, agrega.
Israel Sáez prepara fondistas en la Región de los Ríos y uno de los clubes más prestigiosos de Valdivia lleva su nombre. Ha trabajado con centenares de atletas y tiene claro que la desigualdad social toma por el cuello al deporte.
“Tenemos que tener a nivel nacional una política que le dé a los niños los medios para poder seguir desarrollándose, sobre todo a los más necesitados, en varias áreas del atletismo los estratos sociales son bajos. Se necesita el apoyo económico”, afirmó.
Esa política pública no se termina de consolidar por “gallitos” partidistas, cree Erika Olivera. La maratonista que asistió a cinco citas de los anillos, más que ningún otro deportista criollo, hoy es diputada de la República.
“Hace años existía el Campeones para Chile y hoy se supone que Promesas Chile va a captar esos talentos en los establecimientos educacionales. Pero cuando se capten la idea es que haya continuidad, porque cada cuatro años cambian los Gobiernos, algunos vienen con la idea de darle continuidad al trabajo y otros que no, que quieren cambiar todo y partir de cero”, apuntó.
¿Sobre exigencia en los interescolares?
Pese a los problemas, y gracias a un aporte considerable de recintos particulares, Chile viene dominando con puño de hierro los Sudamericanos Escolares. En Arequipa, el año pasado, la delegación se proclamó campeona de atletismo masculino y subcampeona femenina. Y en Medellín, el 2016, el atletismo fue el deporte que más medallas aportó con 21.
Pero la exigencia a la que están sometidos los jóvenes divide aguas.Algunos creen que la dictadura de las centésimas y los milímetros termina lastrando su desarrollo fisiológico. “Muchos colegios revientan a sus muchachos en los interescolares”, dice un destacado ex deportista nacional que prefiere mantener su nombre en reserva.
Mauricio Díaz, gran plusmarquista nacional en los 2000’s, pide no quemar etapas. “Hay una competencia muy fuerte entre los colegios. Presionan a los encargados de las actividades deportivas, porque el niño tiene que sacar resultados, después se va y ya no les sirve. Yo he sabido que es así y no está bien. Hacen entrenamientos más duros para que progresen más rápido, pero acortan la vida deportiva. Después esos resultados no se repiten a nivel adulto”, explica
Alberto Labra no está tan de acuerdo. Si bien sabe de la severidad que impera en los campeonatos interescolares organizados por el Atlético Santiago, el Atlético Francés o la Universidad Católica, recalca que son excepciones.
“De repente hay un esfuerzo grande de los atletas, que conlleva a que participen en más pruebas de lo que sería lo ideal. Un velocista, por ejemplo, está compitiendo en dos pruebas, con las postas suma cuatro y hasta cinco si hace un salto. Se les carga la mano, pero no creo que sea contraproducente, porque son pocas veces en el año”, asegura.
El siguiente paso
En el país de Usain Bolt, los competidores de nivel pueden acceder a un programa estatal de becas en coordinación con los centros universitarios. Así, la isla caribeña evita la fuga de talentos hacia Estados Unidos o Gran Bretaña y permite que sus atletas continúen con lo realizado en el colegio.
Chile y Jamaica son cara y contracara. Los expertos coinciden en que en el tránsito a la universidad se termina echando por la borda todos los esfuerzos que se puedan hacer en la etapa escolar. La presión académica no da tregua.
“Las universidades tienen que poner de su parte y dejar que los deportistas se sigan proyectando”, declara Mauricio Díaz.
Eduardo Fuentes, head coach de Speedworks, lleva 25 años dedicado al alto rendimiento. Ha trabajado en colegios y con deportistas de élite. Uno de ellos fue Gonzalo Barroilhet, el decatleta olímpico que se tuvo que ir a Estados Unidos para seguir con su carrera. Aquí no tenía opciones.
“Tendrían que demorarse mucho más en la universidad, tomar menos ramos, pero muchos deportistas no toman la decisión y pocas casas de estudios dan facilidades. Entonces, los chicos prefieren sacar su carrera en cinco años, porque el deporte económicamente no da y está la presión de la familia también. En Chile hay mucho talento, pero se pierde en la etapa universitaria” afirma.
Fuente: emol