Jorge Riesco abordó distintos temas de la industria minera nacional.
En entrevista con Portal Minero, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco, analizó los principales temas que han marcado la agenda durante este último tiempo, así como también explicó las expectativas, oportunidades y desafíos de la industria minera nacional.
Asimismo, el líder de la entidad gremial se refirió al proyecto relacionado con la “permisología”, para reducir los tiempos de aprobación de permisos sectoriales, entre otros asuntos.
-En la reciente Exponor, se generaron negocios por sobre los US$ 900 millones. ¿Podría considerarse este evento como un puntapié para que el sector minero retome el positivismo y las inversiones?
-Sin duda que Exponor fue un evento importante. Los más de 1.100 expositores que participaron en la feria estrecharon lazos y asistieron a interesantes ruedas de negocios.
En ese sentido, Exponor fue más bien un “termómetro”, en donde no sólo predominó el optimismo y se anunciaron proyectos mineros, sino que también hubo interés en incorporar nuevas tecnologías, de cautivar a la juventud y abrir espacios a nuevos proveedores para mejorar este negocio.
Pero no sé si alcance a generar un punto de inflexión en esta meseta, en donde nos hemos acostumbrado a estar en este último tiempo en materia de producción. Es cierto que existe el ánimo para trabajar y contamos con la gente, los recursos y la buena disposición para seguir avanzando. Sin embargo, aún nos falta remover algunos obstáculos y el más importante, creo que es el tema relacionado con los permisos.
-¿Qué opinión tiene sobre el reciente acuerdo firmado entre Codelco y SQM?
-En lo medular, no sólo es un acuerdo positivo para la industria del litio en general, sino también para el Estado de Chile que logra que una de sus empresas se asegure de explotar el litio de una manera adecuada y racional.
Además, esta asociación le garantiza a Codelco el acceso a los activos que actualmente tiene SQM, así como también al know-how y a la gestión que hay en esa empresa.
Eso sí, pensamos que la Estrategia Nacional del Litio sólo se ha concentrado en la participación estatal. Porque no hemos visto propuestas en relación a la incorporación de la empresa privada, que es la que puede entregar un sello y un impulso determinante a esta industria en los próximos años.
“La mayor incertidumbre está en realidad en la tramitación que antecede a los permisos”
–¿Qué le parece cómo ha ido avanzando en el Congreso el proyecto de ley conocido como “permisología”?
-Creo que es necesario precisar y distinguir algunas situaciones. Por un lado, se encuentra este proyecto que ha avanzado de manera rápida, en el cual existe bastante consenso, y se refiere a los permisos sectoriales que se tramitan una vez que ha obtenido la autorización ambiental.
Pero en este asunto, estamos sólo viendo la punta del iceberg… Porque la mayor incertidumbre está en realidad en la tramitación ambiental que antecede a los permisos y se refiere a nuestro Sistema de Evaluación Ambiental.
Este sistema se basa en la capacidad y en la revisión que realizan una serie de servicios, con funcionarios que se encuentran desperdigados y que se ha tratado de uniformar a través del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Sin embargo, este servicio no tiene la tuición funcional ni administrativa sobre esos funcionarios que a su vez pueden incluso colocar sus propias agendas personales que interfieren en las autorizaciones. Y es ahí donde está el problema.
-¿Cómo visualiza el panorama respecto a la inversión minera y la competitividad de la industria para el resto del año?
-En cuanto a inversión, hay algunas iniciativas interesantes. Por ejemplo, el proyecto de Antofagasta Minerals (Nueva Centinela) creo que es lo más importante del año.
Sin embargo, lo que deberíamos tratar de hacer es viabilizar aquellas inversiones que todavía no tienen fecha de inicio, como el caso de Santo Domingo, en el norte; Dominga, en la Región de Coquimbo, y Vizcachitas en la zona central.
Pero nosotros estamos apuntando a un asunto que el propio Presidente de la República mencionó en su discurso de Enade: dentro de los próximos dos años se debe viabilizar la producción de un millón de toneladas de cobre fino adicionales.
Eso es posible en la medida en que flexibilicemos justamente lo que hablábamos recién: esta dificultad para tramitar proyectos. Lo que necesitamos en el fondo es una especie de fast track, o un instructivo presidencial para echar a andar una serie de proyectos y lograr un incremento de producción como el que se está buscando.
Porque un millón de toneladas de cobre fino, a los precios actuales, pueden significar US$1.500 millones de recaudación fiscal que podríamos agregar, quizás a final de este Gobierno, o al principio del otro. Y son cifras muy importantes que el país necesita en estos momentos.
Fuente: Portal Minero