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¿Tendrá efecto el IFE laboral tras extensión? Expertos analizan impacto ante pérdida de dinamismo del empleo

El INE informó ayer que en el trimestre noviembre-enero solo se crearon 6 mil puestos de trabajo.

La reactivación del mercado laboral se estancó durante el trimestre móvil noviembre-enero, período en el cual se crearon solo 6 mil puestos de trabajo –con ajuste estacional- y la tasa de desempleo subió de 7,2% a 7,3%, su primera alza en diez meses, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Con esto, se ha recuperado el 78% de los casi 2 millones de puestos de trabajo destruidos por la pandemia, lo que si bien es un avance, también deja en evidencia que aún queda trecho por recorrer, lo que supone un desafío importante si se considera la desaceleración económica que se pronostica para la economía nacional este y el próximo año.

De hecho, aunque el Gobierno estima que la economía se expandirá un 3,5% en 2022, de acuerdo al último Informe de Finanzas Públicas del cuarto trimestre del año anterior, los expertos consultados por el Banco Central en la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de febrero prevén una cifra bastante menor –en torno a 2,1%-.

Pese a esta pérdida de dinamismo, el actual Gobierno destacó el aumento de personas que buscan trabajo y el incremento de personas ocupadas. “Por categoría, el aumento del empleo lo lideran los asalariados formales, lo que habla muy bien de la calidad del empleo que se está generando”, señaló el ministro de Economía, Lucas Palacios, en su cuenta de Twitter.

Lo que sí, indicó que “la tarea aún no termina”, enfatizando en que “son muy importantes los incentivos para la contratación formal, tal como la reciente y oportuna extensión del IFE laboral anunciada por el Presidente. Los recursos públicos destinados a generar puestos de trabajo son la mejor inversión social”.

Vale decir que el IFE laboral es un incentivo para el que trabajadores se empleen formalmente, otorgándoles directamente un subsidio de hasta $250 mil mensual por la nueva relación laboral que se inicia, con especial foco en mujeres, jóvenes entre 18 y 24 años, adultos mayores de 55 años, personas con discapacidad y asignatarios de pensión de invalidez.

En ese sentido, Palacios resaltó que, a la fecha, 750.000 personas se han visto beneficiadas con este aporte, lo que se traduce en “casi el 47% de los empleos recuperados. Y cuando comenzó esta política, el 38% de los beneficiarios eran mujeres; hoy las mujeres registran el 51% de los beneficios”, manifestó.

“Ambos gobiernos, el del Presidente Piñera y el del futuro Presidente Boric, tienen el mismo objetivo de recuperar todos los empleos que se llevó la pandemia, y hacerlo con buenos empleos, formales, de calidad. Hay mucho avanzado, pero no debemos bajar los brazos sino hasta recuperar el 100%”, apuntó.

Asimismo, su par en la cartera de Trabajo y Previsión Social, Patricio Melero, subrayó la importancia de que el IFE laboral y su reciente extensión “deben seguir a futuro porque contribuyen al aumento de empleos formales”.

Sin embargo, la decisión de la actual administración de extender el aporte hasta junio de este año generó roces con las autoridades que tomarán la posta el próximo 11 de marzo. Esto, porque no se les informó “oportunamente” sobre la prolongación del beneficio -y también del Subsidio Protege-, los que requerirán recursos fiscales que deberá desembolsar el nuevo Gobierno.

“Hemos solicitado al ministro que, en adelante, en los días que quedan, no se adopten medidas nuevas que comprometan recursos públicos y si tienen que ocurrir, que se nos pueda informar oportunamente”, dijo en ese entonces el futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel.

¿Cómo lo evalúan? ¿Cuánto espacio le queda?

Independientemente de las tensiones entre el gobierno saliente y el entrante por el alargamiento del IFE laboral, a juicio de expertos, la medida ha tenido resultados positivos.

Es más, Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, señala que este aporte directo “permite apuntalar el empleo”, agregando que “en los meses que ha entrado en operación, efectivamente hemos tenido alzas en el empleo asalariado formal en el sector privado. De hecho, aquí es importante destacar que en el último dato es importante la descomposición porque de esos 35 mil empleos que se crearon, si uno hace el desglose vemos que se crean 46 mil empleos formales y se destruyen 11 mil empleos informales”.

“Y dentro del empleo formal, lo que lidera es el empleo asalariado formal en el sector privado, que es precisamente el tipo de empleo que incentiva el IFE laboral”, acotó.

Rodrigo Montero, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma, mencionó que, de manera preliminar, “uno podría concluir que ha sido exitoso al ver las cifras de subsidios que se han otorgado a través de este instrumento. Además, vale la pena destacar el enfoque de género que tiene en su diseño, en donde se aprecia que hay un mayor subsidio para las beneficiarias mujeres. Esto último tiene mucho sentido toda vez que el empleo femenino fue en términos relativos el más golpeado como consecuencia de la pandemia”.

Por su parte, la economista y directora del ESE Business School de la Universidad de Lo Andes, Cecilia Cifuentes, destaca que pareciera ser que “los resultados fueron buenos, se creó bastante empleo formal en los meses anteriores, y en ese sentido, creo que uno puede evaluar positivamente la política del IFE laboral, y muestra además una línea en la que es importante avanzar, que es buscar mecanismos para fomentar el empleo formal”.

No obstante, manifestó que dichos avances se explican además por “el fuerte dinamismo que tuvo la economía producto de las políticas de estímulo”, pero “dado que esas políticas de estímulos son insostenibles, probablemente mantener el IFE laboral, el impacto que va a tener en los meses siguientes va a ser bastante menor que lo que tuvo antes, porque, por muchos estímulos que haya a la contratación, está el nivel de incertidumbre en este momento, tanto externa, como interna”.

Postura que comparte Cristián Echeverría, director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, quien detalla que fue “un instrumento útil” puesto que “cuando entró en vigencia tuvo beneficios en acelerar la contratación de trabajadores asalariados, básicamente trabajadores dependientes del sector formal”.

Pero advirtió que, en términos de incrementos adicionales de contratación “queda muy poco espacio de beneficio de utilización del IFE para generación de empleos, porque ahora los niveles en ocupación formal están marginalmente por debajo de lo que estaban en el mismo trimestre de hace dos años atrás”.

“Esta brecha que existe yo creo que ya no obedece a pandemia por sí misma, sino que al cambio tecnológico, a todas las cosas que han ocurrido en la economía producto de la pandemia y que llegaron para quedarse, la economía ahora es distinta a lo que teníamos hace dos años atrás”, sostuvo, remarcando que “como instrumento en realidad está agotado dado, el momento económico que tenemos, en la economía global, del mercado del trabajo”.

Foco en crecimiento e inversión

De acuerdo a Bravo, la clave para potenciar el empleo en el país está en el crecimiento económico. “La única manera de generar un mercado laboral dinámico con una elevada creación de empleos de alta calidad es con un elevado crecimiento económico, esa es la manera sostenible para generar empleo de mejor calidad en el tiempo y en particular empleo asalariado formal en el sector privado”, expresó.

Según el economista de la Universidad Diego Portales, de ahora en adelante, “el diseño de las políticas públicas tiene que ser realizado de tal manera de estimular el crecimiento económico, o en algunos casos, de minimizar los impactos negativos que podrían tener las políticas en el crecimiento económico”.

Mientras que Echeverría habla de dos frentes: incentivar la inversión y promover una mayor capacitación de los trabajadores. “Cuidar la inversión es esencial”, dijo, y explicó que “la gran inversión así como la pequeña inversión, y vemos que toda esa inversión está en pausa, tanto de empresas extranjeras en Chile, como la de empresas chilenas y de todos los tamaños están en pausa por la incertidumbre, no solo por la pandemia, sino que, por ejemplo, por la Convención”.

Junto a lo anterior, señaló que es “muy importante promover más activamente los incentivos al mejoramiento de las habilidades, oficios, calificaciones de la fuerza de trabajo, programas de capacitación, de transición a nuevas ocupaciones y de mejoramiento de las capacidades de uso de tecnología por parte de la fuerza de trabajo”.

Por su parte, Cifuentes zanjó que “el único camino sostenible para que se cree empleo de buena calidad es que siga habiendo inversión en el país, y con estos niveles de incertidumbre –a propósito del proceso constituyente y el conflicto entre Rusia y Ucrania- es bien difícil que la inversión sea muy dinámica”.

En tanto, Montero argumentó que “este no es momento de introducir más ruido” y que para fomentar la empleabilidad en Chile, “lo primero es no introducir más costos a la contratación. Ahí aparecen temas ligados con la política de salario mínimo, la jornada laboral, impuestos, entre otros”.

“Primero debemos afianzar la recuperación, luego podemos plantearnos de qué manera podemos ir alcanzando otras aspiraciones con una gradualidad adecuada y pertinente a nuestra realidad como país”, añadió.

Fuente: Emol.com

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