Tony Bennett, el eminente estilista cuya consagración al cancionero clásico estadounidense le valió durante décadas la admiración de artistas desde Frank Sinatra hasta Lady Gaga, murió el viernes, dos semanas antes de cumplir los 96 años.
Su publicista Sylvia Weiner confirmó el deceso a la Associated Press y dijo que murió en su ciudad natal de Nueva York. No hubo una causa específica, pero le habían diagnosticado el mal de Alzhéimer en 2016.
El último de los grandes cantantes de salón de mediados del siglo XX, Bennett solía decir que la ambición de su vida era crear “un catálogo de hits más que discos de hits”. Publicó más de 70 álbumes que le granjearon 19 Premios Grammy competitivos, 17 de ellos después de cumplir los 60 años.
Además, gozaba del afecto profundo y duradero de fans y colegas
Su última actuación fue en agosto de 2021, cuando apareció junto a Lady Gaga -con quien publicó dos discos- en el Radio City Music Hall de Nueva York en un espectáculo titulado “One Last Time”.
Columbia Records, fichó a Bennett en 1950 y el cantante alcanzó el estrellato en 1962 con el lanzamiento de su canción “I Left My Heart in San Francisco”.
Frank Sinatra describió a Bennett como el cantante popular más grande del mundo.
Bennett también dejó marca en el cine, debutó en la gran pantalla de en 1966 con “El Oscar” y en 1999 se interpretó a sí mismo en la comedia “Analízame” en la que los protagonistas eran Robert De Niro y Billy Crystal.
Volvió a interpretar una versión de sí mismo, pero esta vez animada, en “The Simpson”
Pese a no haber parado de cantar desde los años 50, Bennett solía decir que nunca había trabajado un día en su vida, porque le encantaba actuar.