Sudamérica vivirá en 2022 dos elecciones presidenciales, en Brasil y Colombia, donde los abanderados de izquierdas tienen posibilidades de vencer. En ese sentido, surge la duda de si tomarán una estrategia parecida a la del Presidente electo chileno para ganar.
A una semana de las elecciones presidenciales en Chile, siguen los análisis respecto del triunfo de Gabriel Boric y los diversos factores que confluyeron para que el abanderado de Apruebo Dignidad llegue a La Moneda el próximo 11 de marzo. En ese sentido, uno de los puntos que más resuena fue el giro a la moderación que tomó su candidatura, con el objeto de seducir al centro político.
De eso no hay dudas. Tanto Boric como su adversario en el balotaje, José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), se empeñaron en este segundo tiempo de campañas en congregar a la ciudadanía menos radical, por lo que en ambos casos fue necesario hacer ciertos ajustes en sus programas. Y quien ganó esa carrera fue el actual parlamentario.
Este hecho está siendo mirado con detención por Sudamérica, que en 2022 enfrenta dos elecciones presidenciales: Brasil en octubre, donde el ex Mandatario Luiz Inácio Lula da Silva tiene la primera opción de ganar, y Colombia en mayo, donde se podría dar un giro a la izquierda con un triunfo del senador Gustavo Petro. Ambos aún no han confirmado sus candidaturas, pero en sus países ya dan por hecho de que sus nombres aparecerán en las papeletas.
Señales, al menos, se han visto. Tanto Lula como Petro manifestaron su alegría por la victoria del domingo de Boric. El líder colombiano aseguró que lo ocurrido en Chile es un presagio de lo que pasará en su país en los comicios de mayo. “Confieso que anoche lloré. Que Víctor Jara y Allende volvieron a mi memoria, que recordé los tiempos cuando el golpe en Chile me mostró la brutalidad con que destruían el sueño del cambio y la justicia social. Anoche salieron las multitudes en Chile. Ahora nos toca ¡Colombia!”, publicó el lunes en su cuenta de Twitter.
“Si gano la presidencia de Colombia buscaría revivir y potenciar el Pacto Andino. El Pacto Andino puede ser la plataforma de una industrialización de la región donde Chile y Colombia deben ser aliados”, agregó.
Por su parte, Lula da Silva apareció en redes sociales con un gorro de la candidatura de Boric. El ex Mandatario ha ido más allá e incluso ya ha dado señales de moderación, a diferencia de lo que fueron sus candidaturas anteriores: desde Brasil casi se da por hecho de que su compañero de fórmula será Geraldo Alckmim, del centrista PSDB, colectividad del ex Presidente Fernando Henrique Cardoso.
Es ahí que surge la gran duda: ¿Será posible ver un giro a la moderación en estas elecciones?
El factor Boric
Está claro que el triunfo de Boric no ha dejado a nadie indiferente, pero habrá que ver en qué influirá. “Es evidente que por supuesto que lo que ocurre en un país de la región repercute en otro o en toda la región. En este sentido está claro que lo ocurrido en Chile pueda repercutir en el conjunto de América Latina y más específicamente en Colombia y Brasil”, aseguró en entrevista con EmolTV esta semana Carlos Malamud, historiador argentino y catedrático de Historia de América de la UNED e investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos.
¿De qué modo, influirá? El académico no lo tiene claro aún. “La prensa internacional ha calificado la elección de Boric como un posible estímulo para la izquierda latinoamericana ¿Va a ser esto así? Pues depende. Estímulo para qué ¿Estímulo para actualizarse, para aggiornarse, para cambiar, para aportar por la defensa de las libertades , de los derechos humanos, de la democracia? Si esto es así, me temo que va a ser complicado”.
“Hay que tener presente entre otras cosas que, a diferencia de la época en que llegó Hugo Chávez al poder al principio del siglo XXI, cuando todavía no habían experiencias de izquierda en la región, hoy buena parte de la izquierda que conocemos o que se autodenomina como izquierda o bien está en el poder o ha estado en el poder recientemente”, agregó.
Por su parte, Guido Larson, académico y analista internacional de la Universidad del Desarrollo, explicó a Emol que lo ocurrido en Chile “puede influir desde la perspectiva de presentar un proyecto de izquierda como realizable. Es decir, que electores latinoamericanos observen que el repertorio de temáticas de la campaña de Boric puede incluirse en demandas a sus propios sectores políticos. Pero creo que la fórmula es más difícil de replicar, porque a mi juicio la candidatura de Boric obedece a una historia política específica del país y que no se observa en otros países latinoamericanos que enfrentarán elecciones prontamente como Colombia o Brasil”.
“Aquí hay dos opciones”, completó Malamud. “O bien la izquierda latinoamericana se adapta a las cosas que está proponiendo Boric, por ejemplo en defensa de la democracia en contra de los autoritarismos, de las dictaduras, o se mantiene y de alguna manera lo que va a intentar es cooptar a Boric para llevarlo hacia sus posiciones. Aquí la pregunta sería a cuáles posiciones, porque no hay una izquierda única latinoamericana, tenemos una izquierda más latinoamericana, tenemos una izquierda más nacionalista, tenemos una izquierda más indigenista. Tenemos diversas variedades de izquierdas”.
Moderación y la situación de Brasil y Colombia
Respecto a si el triunfo de Boric puede ser un ejemplo para optar a programas de gobierno más moderados por parte de los líderes de izquierda de la región, Guido Larson sostuvo que “no es del todo sencillo anticipar si habrá moderación de gobiernos de izquierda latinoamericano por dos razones: primero, porque la palabra ‘moderación’ siempre tiene un marco de referencia asociado a la distribución ideológica interna de un determinado país. Por ejemplo, podría decirse que Díaz-Canel es más moderado que Castro; pero eso ocurre ya en un contexto donde el espectro ideológico se encuentra sumamente a la izquierda”.
Asimismo, el analista agregó que “la moderación ocasionalmente responde no tanto a la intencionalidad del gobierno, sino a los incentivos o desincentivos para mantener posturas políticas más extremas. Por ejemplo, Pedro Castillo se ha visto obligado a moderar su plataforma debido a que la oposición cuenta con 88 escaños (contra 42) en el Congreso. Y algo parecido ocurre con López Obrador, que si bien cuenta con mayoría en ambas cámaras, la diversidad partidista en el Senado y en la Cámara de Diputados, unido a que los partidos de derecha en total equilibran la representación del poder, lo obligan a moverse más hacia el centro”.
En esa línea, recalcó que “es muy poco probable que haya proyectos políticos del tipo bolivariano” como los que hubo hace una década, esto motivado en gran parte por la experiencia de Venezuela que ha deslegitimado este tipo de proyecto de izquierda. “Además, los políticos no pueden simplemente ignorar a una parte de la ciudadanía latinoamericana que se ha movido a la derecha y cuyas demandas deben articularse políticamente; lo que empuja a la moderación”.
En lo que respecta a los dos países que tendrán elecciones este año en Sudamérica, Carlos Malamud explicó que ambos son escenarios muy distintos entre sí. Por un lado, en Colombia los que tienen grandes posibilidades de ganar son tres grandes coaliciones: una de izquierda con Gustavo Petro -que debe ganar primero una primaria interna-, una de centro que podría ser encabezada por el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo o el ex ministro Alejandro Gaviria, y una de derecha con el uribista Óscar Iván Zuluaga.
Mientras, en Brasil la pelea electoral se está dando en función de dos grandes nombres: Lula da Silva y el actual Presidente Jair Bolsonaro, aunque podría irrumpir también el ex juez y ex ministro de Justicia Sérgio Moro.
“En los dos procesos el peso del centro es evidente”, remarcó Malamud, citando el ejemplo de Lula y su posible alianza con Geraldo Alkmim. “De consumarse esta alianza sería una clara revolución, una transformación brutal del mapa político brasileño, y esto le daría a la nueva presidencia un cariz muy distinto de la que tuvieron los cuatro gobiernos previos del PT, tanto los dos de Lula como los dos de Dilma Rousseff”, indicó.
En Colombia, en tanto, el catedrático sostuvo que va a ser vital ver qué candidaturas vencerán en las primarias de marzo. “Pero aquí lo que vamos a ver es que el resultado va a depender. Probablemente Petro sea uno de los dos que pase a la segunda vuelta. El problema va a ser contra quién va a enfrentarse”, añadió.
Esto será trascendental en una eventual segunda vuelta. “Si Lula, por ejemplo, va con Alkmim, Lula no va a necesitar en ese momento hacer ningún esfuerzo para centrarse, porque ya va a estar centrado, de hecho, ir con Alkmim implica eso (…) Y con Petro va a pasar algo parecido, aunque sí va a intentar por supuesto ganar credibilidad mostrando capacidad de estadista y de tener un discurso que comprenda toda la sociedad, pero si tiene en frente un candidato como Fajardo, como Gaviria, su discurso no va a ser demasiado creíble.”, completó Malamud.
Larson vaticinó un escenario parecido: “Lula es carismático (y tiene chances de ganar) pero no parece estar pensando en Venezuela como referencia. Gustavo Petro en Colombia tiene una narrativa donde incluye expresiones críticas contra el ‘neoliberalismo’ por ejemplo, y tuvo una
juventud asociada al grupo M-19, pero su comportamiento en el Senado ha sido más moderado, recogiendo demandas que tienen que ver con salud y educación, antes que con llamados a transformaciones radicales del sistema político o económico”.
Aún quedan meses para las elecciones en ambos países ¿Habrá algún giro? Eso habrá que verlo.
Fuente: Emol.com