Mientras que algunos plantean que ayudaría a potenciar un único discurso, otros dicen que sería un “error estratégico” dadas las distintas posturas que coexisten en cada opción.
El 4 de septiembre las opciones en la papeleta serán sólo Apruebo o Rechazo, pero entre los partidos políticos, independientes, ex convencionales, organizaciones sociales y demás actores promoviendo sus posturas y matices, no se ve un mensaje común ni un vocero que lleve las banderas de cada sector.
Si un “jefe de campaña” podría beneficiar a ambos sectores es algo en lo que los académicos y analistas no coinciden: mientras que algunos plantean que ayudaría a unificar los discursos, otros dicen que sería un “error estratégico” dadas las distintas posturas que coexisten.
“Veo poco probable que surja una única figura, creo que al ser una cosa binaria, dentro de cada opción hay mucha diversidad de posturas, de sectores políticos, por lo tanto siempre habrá reticencia en asociarse entre los sectores más de centro con los extremos, sobre todo en el Apruebo”, dice Isabel Castillo, politóloga de la Red de Politólogas y académica de la UAH.
En ese marco, un político que trabajó en la campaña del No en 1988 asegura que un comando único y un jefe de campaña, sobre todo para el Rechazo, sería un “gigantesco error”. Según argumenta, porque “la fuerza del Rechazo está en la pluralidad de voces. Si metes todo bajo un paraguas más conservador, de derecha, se arrancaría el centro”.
En aquel plebiscito funcionó la campaña del No -a cargo de Genaro Arriagada- porque, según recuerda un personero, había “una estructura, un proyecto común”.
“Son bien distintos los contextos, el mensaje era más simple en el 88. El gran clivaje era la democracia versus la dictadura. Aquí hay muchos temas y si le preguntas a cualquier persona, te va a decir que está de acuerdo con unos y no con otros. Son muchas cosas en juego y distintas las razones para votar, sobre todo Rechazo, entonces es más difícil transmitir un mensaje único”, explica Castillo.
Las ventajas de un jefe de campaña
“Es relevante que existan líderes que lleven cada una de las posiciones. Cuando no existe un liderazgo, hay demasiadas interlocuciones, lo cual genera mayor confusión y no se sigue un relato común en relación a cada una de las posturas. Ahora, distinto es lo que deben pensar los distintos comandos que se están armando, dada la heterogeneidad que existe en cada uno de ellos”, explica Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa Research.
Para Cavieres, la existencia de un único liderazgo frente a distintas posiciones “unifica el relato”, y se refiere particularmente al Apruebo, donde hoy, según él, “no existe un relato común, más bien existe una crítica frente a la desinformación, a las posiciones que ha adoptado el Rechazo, pero no ha existido un relato claro sobre el beneficio de aprobar la Constitución. Claramente ahí se necesita un liderazgo”.
De acuerdo con Axel Callís, director de Tú Influyes, sería más viable que más que un jefe de campaña, haya “rostros”. En el caso del Rechazo, lo importante para Callís es que sean figuras con “credibilidad” y que no estén asociados en la derecha a los partidos tradicionales, “porque eso huele a historial de no cumplimiento de promesas”.
“Dentro del Apruebo evidentemente que, no como generalísima, pero tiene que estar Michelle Bachelet de todas maneras (…) Una cosa muy importante es que le hagan sentido al mundo popular, que es el más desinformado. Por ejemplo Pancho Saavedra sería un gran rostro para un mundo popular que hoy en día está con dudas dentro de la centroizquierda”, contesta Callis.
“Pedagógico” y sin constituyentes
En esa línea, el director de Feedback Research, Juan Pardo, responde a título personal que el perfil de un jefe de campaña debería ser más bien “pedagógico”.
“Lo que dicen los datos de los estudios es que hay una brecha de información muy profunda en sectores amplios de la ciudadanía y creo que el primer atributo de un jefe de campaña debería ser un tono pedagógico, centrado en los contenidos y que sea capaz de explicar los derechos sociales que están haciendo sentido a la gente hoy día”, explica.
La lectura que hace Pardo es que actualmente “lo que está pasando es que los sectores están dedicados a rebatirse entre ellos y nadie hace algo propositivo. Uno se desmiente a otro y las campañas no se construyen así”.
En tanto, Kenneth Bunker, director de Tres Quintos, hace foco en otra cosa: quiénes no deberían estar al frente de cada una de las opciones.
“Lo más natural es preguntarse quién no debe aparecer. Buscar las debilidades de cada una de las opciones y eliminarlas de plano. Cualquier persona asociada con los mismos constituyentes le hace daño a la opción del Apruebo. Creo que ellos mismos lo han visto: Baradit, Stingo, personas que son representativas de esta nueva Constitución han ido desapareciendo del foco público porque podrían hacerle daño, ya que no son figuras transversales”, remarca Bunker.
Para la opción del Rechazo, y sobre todo para la derecha, el director de Tres Quintos dice que hay que “sacar a los políticos que son conservadores y reemplazarlos por la sociedad civil”.
Si los “rostros” de las campañas deberían ser o no de partidos políticos también es motivo de debate: mientras algunos consideran que no deberían aparecer, otros remarcan que lo que en estos momentos se requiere el fortalecimiento de esa institucionalidad.
Por el momento, desde el Apruebo han definido coordinadores a cargo de cada sector, según consignó La Tercera. Estos son Ximena Peralta por Convergencia Social, Lautaro Carmona por el PC, José Toro Kemp en nombre del PPD, Nicole Cardoch por el PS y Ezio Costa, director de ONG Fima, por Aprueba x Chile.
Fuente: Emol