“A modo de castigo”, según la fiscalía, un cabo de Carabineros le disparó a un hombre que evadió un control policial. La víctima reconoce que huyó de los funcionarios policiales porque, según él, estaba secuestrado y amenazado con un arma de fuego. Hoy el carabinero que ejecutó el tiro está en la cárcel.
Sebatián Navarro, quien recibió el impacto de bala por la espalda, conversó con 24 Horas para relatar aquel momento, que truncó su vida, su trabajo y sus ilusiones. Acusa un negliente actuar de funcionarios de Carabineros de la Tenencia El Castillo, de la comuna de La Pintana.
El joven, que recibió el disparo en la espina dorsal, afirma que todo fue un mal procedimiento policial, porque no es un delincuente. Asegura que fue bartender, hasta que el 25 de septiembre de 2017 se convirtió en una víctima de un hombre armado.
Quien disparó fue el cabo primero Pedro Exequiel Órdenes Bravo, de 38 años. La historia comienza cuando Sebastián se junta con un amigo. “Yo solamente conocía a mi copiloto. Él tenía dos amigos que eran pareja, y (el hombre) se bajó a comprar a un clandestino. Cuando él vino de vuelta, vino con un tipo que lo traía encañonado”, relató.
El sujeto armado lo amenazó y lo obligó a llevarlo a la casa del pasajero -aparentemente por una deuda de dinero-. Sebastián encendió el motor y comenzó la marcha. Metros más adelante, se encontraron con una patrulla de Carabineros.
“No era un control porque (la patrulla) estaba con las luces apagadas. Evadimos a la policía y viene un furgón de Carabineros a mucha velocidad, y se me cruza de golpe”. Allí se desató una persecución policial que terminó de la peor manera para Navarro.
“Cuando quedo frenado, voy a echar marcha atrás y ahí siento que se me muere el cuerpo”, relató. Había recibido un impacto balístico. “Me bajó y me arrastró unos 10 a 15 metros delante del vehículo, para dejarme en un montón de tierra en frente de una cancha”, añadió.
Al resto de los ocupantes del vehículo los detuvieron, mientras que a Sebastián lo llevaron hasta el Hospital Sótero del Río. “No podía caminar, no podía pararme ni nada. De a poco empecé a mover los dedos y los pies”, agregó.
“Vivo con dolores. Tengo 37 años (…) Qué calidad de vida voy a tener. A los 40, 45, 50 voy a andar arrastrándome poco menos”, expresó la víctima.
Mientras aquello ocurría con Sebastián, los carabineros habían mentido para justificar sus disparos. Eso, según la fiscalía. Para el Ministerio Público, el actuar del uniformado tiene una razón injustificable.
A un año y seis meses de ocurridos los hechos, el cabo primero Órdenes Bravo fue detenido este miércoles y formalizado por torturas, falsificación de documento público y apremios ilegítimos.
Carabineros no quiso referirse a este caso.
Fuente: 24horas.cl